En el deporte hay camisetas que pesan como cien toneladas de concreto y estadios que tal parecen una especie de Coliseo Romano y los jugadores dependen de la aprobación o el rechazo del público.
Como uno de los templos sagrados del béisbol, quizás como lo es la catedral de Notre Dame para París y para los franceses, así mismo Fenway Park tiene una impronta marcada en el pasatiempo nacional de Estados Unidos.
La conexión especial
Fenway Park y los Medias Rojas de Boston le dan una forma diferente al juego desde el mismo instante en el que pisas la grama.
Tal vez esto sintió Trevor Story este jueves ante los Angelinos de Anaheim.
Story llegó como el gran contrato a la franquicia del este de la Liga Americana, debía ser el show, el hombre orquesta, el encargado de meterle presión a Xander Bogaerts.
La realidad
La realidad nos muestra hoy que Story está bien lejos de la versión de Coors Field, al compilar para 214 de average con 9 carreras impulsadas, 1 base robada y ningún cuadrangular.
Nadie duda de la condición de estelar de Trevor Story pero después del primer mes la afición empieza a exigir y son más las dudas que las certezas al respecto.
En este sentido y regresando a una de las líneas del texto, en el juego de ayer, Story fue abucheado por la fanaticada luego de tomarse cuatro ponches en el partido ante los Angelinos.
Un coro generalizado
Luego del tercer chocolate se sintió un coro generalizado que se extendió después del cuarto ponche.
Al finalizar el partido, Story no habló con los medios y al ser preguntado al respecto, el mánager Alex Cora enfatizó que las expectativas siguen estando presentes y son las mismas sobre Story.
De igual modo alegó que los fanáticos deben entender que Trevor quiere hacer las cosas bien, tal como ellos lo poden pero hay que tener paciencia, la temporada apenas empieza.
El apoyo de JD Martínez
Al mismo tiempo, JD Martínez, que se fue de 4-1 en el partido aseguró que Story es un profesional y ha demostrado con creces su valor en el diamante.
JD comentó incluso que cuando comenzó con los Medias Rojas, bateaba 200 en su primer mes y después la encendió, por ello no le gusta juzgar a un pelotero por un mes, sino por el trabajo de toda una temporada.
Se trata de un bonito gesto de compañerismo y hermandad, también de un claro reflejo de todo lo profesional que es JD Martínez.