Hace tres años, Gerrit Cole fue el hombre del juego 1 por los Astros de Houston en la Serie Mundial ante los Nacionales de Washington, hoy, en solo minutos, vistiendo la franela de los Yankees de Nueva York, Gerrit Cole tendrá la responsabilidad de mantener a los Yankees con vida en la Serie de Campeonato.

Por esos avatares del destino, Cole subirá a la lomita del Yankee Stadium para enfrentar a los que un día fueron sus compañeros, allá entre 2018 y 2019, con el reto no solo de ganar, también de demostrar su valor como líder del staff de los Bombarderos del Bronx.

La prueba de fuego

Será la prueba de fuego, dos años después de su llegada a Nueva York, luego de una temporada cargada de muchas dudas, a Gerrit Cole le ha llegado el momento de despejar los fantasmas y dar la cara, como el lanzador de 324 millones que los Yankees buscaron para volver a ganar la Serie Mundial y dominar el juego en esta década que está comenzando.

En este trance de búsquedas y encuentros, Cole puede tener a su favor el hecho de conocer las debilidades de una alineación poderosa, que si bien no se ha hecho sentir en estoy playoffs en toda su dimensión, bateando para menos de 230 colectivamente, es capaz de sacarle los colores al mejor serpentinero y el as de los Mulos lo sabe bien:

“… Son muy buenos, cuando hacen contacto y también cuando no lo hacen, siempre encuentran la manera de responder y por eso es que siguen llegando a la Serie Mundial…” – le contó Cole a ESPN.

La acción

Y ha sido así, bateando bien poco, pero contando con conexiones claves a la hora cero, Yuli Gurriel y Jeremy Peña en el primer juego, después Alex Bregman en el segundo; así los siderales han logrado llevarse la victoria, gracias también al excelso trabajo de sus lanzadores.

El juego bueno

Y Cole logró ganar sus dos juegos ante los Guardianes en la Serie Divisional, dejando un récord de 2-0, con una efectividad de 2,03 y 16 ponches en 13,1 entradas de actuación, pero este es el juego bueno, el que hay que ganar, por el que Cole llegó a la Gran Manzana.

Una victoria mete a los Yankees otra vez en la pelea, pues además dejaría a Gerrit Cole con la posibilidad de lanzar en un sexto, quizás un séptimo partido, una derrota sería el final, pues solo una vez se ha remontado un 0-3 y los Yankees lo saben bien, lo vivieron en carne propia en 2004 con los Medias Rojas de Boston.

El tiempo dirá, la acción está a punto de comenzar.