Este es el momento, hoy tiene que renacer con esa potencia característica de sus últimos años y entonces mitigar un poco las críticas y la sensación que dejan las derrotas.

Y tiene que romper el guión, eso es un hecho, pues esas 6 carreras limpias por juego en 9 y dos tercios de actuación lo vuelven algo bien pequeño, ínfimo, bien mediocre.

Debe cambiar y esta es su oportunidad, cuando salga esta tarde ante los Tigres de Detroit en la visita de los Yankees a Comerica Park, en su tercera apertura en la temporada.

El gran momento

Lo cierto es que Gerrit Cole se debe encontrar con la mejor versión y no hay otra solución, Gerrit Cole debe encontrarse con Gerrit Cole o lo que es lo mismo, con ese lanzador que llegó a Nueva York por 324 millones, siendo uno de los mejores lanzadores de todo el béisbol.

Parece un muñeco de cartón, a veces medio robot que sube al box y funciona automáticamente; más allá incluso a veces, sobre todo, luce desconcentrado, sin saber que hacer.

Hay tedio, hastío y una alta carga de frustración; llegó para ganar o al menos regresar a los Yankees al Clásico de Otoño pero nada.

Números

Seis carreras y tres jonrones, lucen como una práctica de bateo, pues hablamos de que le han conectado con facilidad y con mirada cansada se ha tenido que ir a las duchas.

Hoy, el derecho necesita esa versión de antaño para darle un una vuelta de tuerca a este comienzo; recuperar la confianza, volver a sentirse bien al menos por cinco inings.

Puede ser histórico el día de hoy con un Miguel Cabrera enfocado en grandes marcas y con el precedente de la pretemporada.

Recordemos que en marzo, Cabrera pegó dos jonrones ante los Yankees y además siempre castiga a los Mulos del Bronx.

Cole debe imponerse contra todo esto y sentar cátedra como lo que debe ser, un estelar.