Hay un refrán muy popular que dice:  “no aclares que oscureces”. O también la famosa película de Tin Tán llamada: “No me defiendas, compadre”. Todo esto es lo que ocurre cuando tratan dar una explicación sobre lo ocurrido con Fernando Tatis, sobre quien pende una suspensión de 80 juegos  por violar el programa anti dopaje de MLB.

Cuando algo así ocurre lo mejor es hacer mutis, quedarse callado y no dar explicaciones. Al decir que fue una crema con esteroides y cosas así se hunde más. ¿Por qué? Por un principio universal del derecho la ignorancia de la ley NO EXIME DE SU CUMPLIMIENTO. Es deber del pelotero leer los componentes de una crema antes de untársela. Además, también es su deber hablar con el médico del equipo para que le recete algo aprobado por el equipo y, por ende, también por MLB.

Es como el que se come una luz porque no la vio, o el que comete una imprudencia por impericia. No quería hacerlo, es verdad, pero lo hizo, y la ley está para cumplirse.

Esto que ocurrió no es una confusión ni una conspiración ni nada por el estilo. Es un error garrafal. Por eso tratar de argumentar de que fue por un chin de crema o un spray que se roció es una argumento que más que ayudar, perjudica. No estamos hablando de una liga improvisada o de un programa que es nuevo, no. Ya este programa tiene 15 años aplicándose.

En otros deportes y en otras ligas las sanciones son peores.

Además, también está al tanto de todo la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas (MLBPA por sus siglas en inglés). Pero además, Tatis no es el único a quien se le hizo esta prueba y habría que ver cuándo tuvo la infección y porqué no se le avisó nada al médico del equipo.

Sé que se está hablando de un ídolo emergente, de una figura joven que tenía todo el futuro por delante. Por eso no cuadra eso del chin de crema el chin de spray. El vademécum en español dice que la dosis que tiene estos medicamentos es del 0.05% de ingrediente activo y que no se puede hacer uso prolongado de esto. Así que surgen más preguntas.

Se han hecho estudios al respecto y se ha encontrado que hasta 5 mg de clobestol  pueden incidir en que una atleta resulte suspendido. Pero mejor que lo digan los estudios realizado por los científicos al respecto.

La detección del uso indebido de clostebol en el deporte ha ido en aumento recientemente, especialmente en Italia, debido a la amplia disponibilidad de formulaciones farmacéuticas que contienen acetato de clostebol (Trofodermin®) y al uso de instrumentos más sensibles por parte de los laboratorios antidopaje. Se ha afirmado que la mayoría de estos casos están relacionados con un uso no consciente de la droga o por contacto con familiares o compañeros de equipo que la usan. Hemos investigado, mediante la aplicación de los procedimientos de espectrometría de masas de cromatografía de gases bien conocidos y utilizados actualmente, la probabilidad de estas alegaciones y hemos demostrado que después de una única administración transdérmica de 5 mg de acetato de clostebol y un contacto transitorio con el área de aplicación, es posible generar resultados analíticos adversos en los controles antidopaje. Hemos revisado el metabolismo de clostebol Fase I y Fase II para generar evidencias que puedan ayudar a las autoridades deportivas a revisar estos casos. El principal metabolito de clostebol (4-cloro-androst-4-en-3α-ol-17-ona, M1) generalmente utilizado en el nivel de detección, así como otros tres metabolitos (M2-M4) se excretan principalmente como glucurónidos, mientras que M5 (4ζ-cloro-5ζ-androstan-3β-ol-17-ona) se excreta predominantemente como sulfato. Ni la actividad de las 5α-reductasas (perjudicadas por la presencia del cloro en C4) ni las sulfotransferasas específicas presentes en la piel permitieron distinguir claramente la vía de administración. Se necesitan estudios con un mayor número de voluntarios y probablemente investigando otro fluido fisiológico permitido en el antidopaje, como la sangre, para una investigación más profunda. No es irrazonable establecer un nivel de notificación para M1, tal vez creando algunos falsos negativos pero excluyendo escenarios de dopaje no intencional.”

Hay quienes dicen que también se utiliza como un esteroide pantalla para ocultar otros esteroides y limpiar las trazas del otro impostor. Lo cierto del caso es que, sea como sea, es mejor callar, aceptar la culpa y pedir disculpas. Sobre todo porque ya había una mentira de por medio que fue haber negado el accidente de tráfico en una motocicleta.

Los compañeros de equipo, la prensa especializada, los ejecutivos del beisbol y la propia MLBPA han dado sus respectivas sentencias y en todas las instancias han sido muy fuertes al respecto. Hay que dejar las teorías conspirativas a un lado y pensar de que solo ha sido Tatis el único en ser testeado este año. Cada acto humano tiene unas consecuencia y éstas debe afrontarse.

Por eso es mejor decir no aclares porque oscurece. Hay que ser responsable y punto. Lo demás son excusas.