Son los padres del juego, sí, desde aquel día a mediados del siglo XIX, cuando Abner Doubleday implementó su genial idea, los Estados Unidos patentaron su derecho sobre el béisbol y esta noción es la que se ha impuesto en el tiempo, llegando hasta nuestros días.

Si emergieron dudas respecto a esta hegemonía después de que Japón ganara en 2006 y 2009, las respectivas ediciones del Clásico Mundial de Béisbol, el triunfo en 2017 de la escuadra estadounidense dirigida por Jim Leyland, volvió a poner las cosas en su lugar y cinco años después, otra vez, con mas fuerzas que nunca, vuelven a ser favoritos.

El contexto

A menos de diez meses para el comienzo del quinto Clásico Mundial de Béisbol, en marzo de 2023, todos comienzan a especular sobre favoritos y posibles equipos a participar en el certamen y en este sentido, tras conocerse que Mike Trout será el capitán del elenco norteño en la venidera contienda, una interrogante emerge con fuerzas, ¿Quién puede ganarle a Estado Unidos?

La interrogante genera varias perspectivas interesantes sobre el asunto, pues la posible selección con hombres de la talla del propio Trout, así como de Aaron Judge, Mookie Betts, Cristian Yelich, Nolan Arenado, JT Realmuto, Tim Anderson; además de ases del pitcheo como Max Scherzer, Jacob deGrom, Corbin Burnes y Robbie Ray, todos Cy Young y por solo citar a la élite; un grupo así está muy por encima del resto, más allá del empuje de equipos como República Dominicana, tal vez el gran rival.

Un poco de historia

A todas luces, vuelve a ser el equipo a derrotar, de eso no hay dudas, pero una cosa es el papel y otra es la acción en el campo y si miramos dieciséis años atrás durante el primer torneo en 2006, aquel equipo de Estados Unidos era como el Dream Team soñado, en clara analogía con aquella escuadra de baloncesto que irrumpió en los Juegos Olímpicos de 1992.

Hombres como Derek Jeter, Max Texeira, Chase Utley, Chipper Jones, Ken Griffey Jr, Derrek Lee, Jason Varitek, Alex Rodríguez y hasta el mismo Roger Clemens, además de Jake Peavy, Joe Nathan, CC Sabathia y Dontrelle Willis; un equipo invencible, que jamás se encontró como tal y desde la primera ronda sembró muchas dudas tras la derrota 8-6 frente a Canadá.

Ya en la segunda fase, luego de vencer a Japón in extremis 6-5, la derrota ante el elenco de Corea del Sur fue la crónica de la muerte anunciada, pues México, a base de un soberbio pitcheo acabó con el sueño de aquella selección “imbatible”.

El mismo guión

Con ese antecedente, Estados Unidos asumió los certámenes de 2009 y 2013, siempre buscando equipos de renombre que nunca llegaron a cuajar a pesar de que liderados por Derek Jeter, David Wright y Jimmy Rollins, alcanzaron las semifinales en 2009.

Ya en 2013, la historia siguió un guion similar, pero en esa oportunidad chocaron con el empuje de un equipo dominicano destinado a ganar.

La vuelta de tuerca

Sin embargo, con el legendario Leyland y una nómina más decente, de menos connotación, Buster Posey, Adam Jones, Erick Hosmer, Nolan Arenado y Cristian Yelich, por solo mencionar; con este equipo, más centrado en jugar como tal, llegó el tan ansiado título al vencer a Puerto Rico en la final.

Y bajo esta premisa retomamos la idea inicial, pues si bien estarán Mike Trout, Aaron Judge, Mookie Betts y Corey Seager; habría que ver si como equipo, esa selección pudiera funcionar, pues la historia nos pega en la cara con hechos concretos.

Del mito a la realidad, la distancia se agranda o se acorta, todo depende de la óptica con la cual se mire, Estados Unidos es el gran favorito, pero al final, siempre al final, el terreno es quien tiene la última palabra.