Llegó un momento en el béisbol en el que no se hablaba de cómo eran grandes los jugadores de béisbol, sino de lo lejos que podían batear una pelota de béisbol. Conectar un jonrón ya no era suficiente. El listón se elevó, y ahora todos querían golpear la pelota más lejos y con más frecuencia.  José Canseco, también quiso eso. Lo había dejado claro y simple: quería ser el mejor en el béisbol. Sabía que otras personas estaban usando esteroides, por lo que sintió que también tenía que usarlos para poder competir. Ignora el hecho de que básicamente promovió su uso. Estaba ganando mucho dinero, y los fanáticos respondieron a la imagen que se construyó. Era una estrella que entregó lo que los fanáticos querían ver.

Su éxito en el bateo llevó a todos a buscar no solo más jonrones sino también que fuesen descomunales. La gente comenzó a preocuparse por las métricas, qué tan lejos volaban esos jonrones, tanto por como lo hacían por los números en el marcador.

Otra cosa que logró Canseco fue atraer a los fanáticos a los estadios una hora antes de los juegos. Querían ver el espectáculo de jonrones durante su práctica de bateo. La gente llegaba temprano para ver las demostraciones de poder de Canseco y McGuire en los Atléticos.

En términos de logros, José Canseco fue el primer jugador en conseguir 40 jonrones y 40 bases robadas en una sola temporada. También conectó el jonrón más largo jamás visto en el Skydome de Toronto. Al final, sin embargo, todo se debió a hacer trampa. El hecho de que todos los demás hicieran trampa no justificaba lo que hizo José. Era una farsa, un tramposo. No un material para el Salón de la Fama.

Al final, siempre será recordado como el hombre propulsor de la era de los esteroides.

Canseco se ha ganado la reputación de decir lo que piensa, y lo hizo en una entrevista con USA TODAY Sports en mayo de 2017. Su naturaleza franca es parte de lo que hizo que Canseco fuera atractivo para los Atléticos de Oakland y su socio televisivo, NBC Sports California, quienes lo contrataron para realizar análisis previos y posteriores a 25 de los juegos del equipo esa temporada. Este fue su primer trabajo en las mayores desde que, según él, se vio obligado a jubilarse anticipadamente después de la temporada 2001 a los 37 años cuando ningún equipo le ofreció un contrato, incluso con el salario mínimo.

  • ¿Se arrepiente de haber escrito el libro que lo convirtió en un paria del béisbol? Sí, mucho.
  • ¿Los usuarios de esteroides pertenecen al Salón de la Fama? Sí, y ya hay algunos allí.
  • ¿Sus posibilidades de algún día dirigir en las mayores? Mejor que cero.
  • ¿Gastar los $46 millones que ganó como jugador? Es más fácil de lo que se piensa.

Canseco está convencido de que podría haber jugado otros cinco años, pero fue excluido del juego debido a sus fuertes vínculos con las drogas para mejorar el rendimiento, que relató en el libro Juiced de 2005 . Canseco de súbdito se encontraba acusando a grandes estrellas como sus excompañeros Mark McGwire, Roger Clemens, Rafael Palmeiro, Juan González, Iván Rodríguez y Jason Giambi de usar esteroides. Muchas de sus afirmaciones fueron confirmadas más tarde.