¡A correr! se jugaba la parte baja del octavo episodio en el ‘Camden Yards‘ de Baltimore, con la ventaja de apenas 1-0 por parte de los Orioles ante los Tampa Bay Rays, que estaban siendo maniatados por el staff de lanzadores de sus rivales de hoy.

Con un out en la pizarra, Austin Hays estaba en la segunda almohadilla luego de conectar un doble hacia los predios de Randy Arozarena, cuando llegaba el turno de Trey Mancini, quién con conteo desfavorable de 0 bolas y 2 strikes, bateaba un elevado hacia el jardín derecho que parecía iba a ser fácilmente manejado por el ‘outfielder‘ de Tampa Bay, Josh Lowe.

Sin embargo, y ante el asombro de los espectadores, la pelota al parecer se escondió entre los rayos del sol, impactando en la parte izquierda del rostro de Lowe, lo que provocara que se fuera a lo más profundo del campo, teniendo que ser auxiliado por el CF Roman Quinn.

En la jugada, Hays anotaba desde la segunda base, y Mancini con todas sus fuerzas le dio la vuelta al diamante, terminando deslizándose en el plato, en donde parecía que podía ser puesto ‘out‘ ante el buen disparo a un solo bote de Quinn, situación que no ocurrió y estallaba la celebración en Baltimore.

Con esto se sellaba la victoria de 3-0 de los Orioles, con una gran actuación de su cuerpo monticular encabezado por el abridor Jordan Lyles que solo permitió 3 imparables en 5.2 innings lanzados; era un día especial tanto para Mancini como para Lyles, ya que están considerados para ser canjeados a otro equipo, algo que aún está en negociaciones.

Baltimore que ahora se ubica en la penúltima posición de la división Este de la Liga Americana, con récord positivo de 50-49, ha aprovechado la mala racha de los Red Sox, que ahora están en el sótano de esta tabla, aún en la pelea por el cupo del ‘Wild Card, que seguramente se estará disputando hasta la última semana de campeonato.