Your browser doesn’t support HTML5 audio

Shohei Ohtani es, sin discusión, el mejor jugador del mundo y acaba de probarlo en el Clásico Mundial de Béisbol. Japón se tituló por tercera vez en su historia y la estrella nipona fue elegido como el Jugador Más Valioso del torneo.

Los japoneses derrotaron en un gran final a Estados Unidos por pizarra de tres carreras por dos, en el LoanDepot Park en Miami. La selección asiáticos se afianzan como el equipo más exitoso del certamen ganando tres de las cinco ediciones.

En el tercer cetro de los nipones, la sensación de los Angelinos de Anaheim se vio en su mejor versión y fue el hombre clave de la competición mostrándose imparable con el madero y desde el montículo. El polivalente jugador dio su “Sho-Time” y se encargó de coronar a su combinado ponchando a su compañero de equipo de las Grandes Ligas, Mike Trout, produciendo un momento sin igual en el diamante.

Como en sus últimas dos temporadas en Las Mayores, el nipón lució de gran manera en sus dos facetas en el terreno de juego, siendo una actuación determinante para los tricampeones del mundo.

Números de Shohei Ohtani en el Clásico Mundial

Con el madero, Ohtani fue una verdadera aplanadora desde que arrancó la presente entrega del World Classic, tanto así que fue reconocido como el Jugador Más Valioso del Poo B. Luciendo como bateador designado, el toletero dejó promedio al bate de .435 con un cuadrangular, ocho carreras remolcadas, nueve anotadas, cuatro dobles, 10 indiscutibles, 10 bases por bolas, slugging de .739 y un OPS de 1.345 en 23 apariciones al plato.

El jugador fue líder en anotaciones, hits, boletos recibidos, segundo en dobles y fue el segundo de su equipo con más impulsadas.

Por su parte, el Samurái también brilló desde el montículo en cada una de sus presentaciones en el torneo. El diestro dejó récord de 2-0, 11 ponches, WHIP de 0.72, permitió dos rayitas, un salvado, par de boletos y una efectividad de 1.86 en 9.2 innings lanzados.

El japonés salió al rescate en el último capítulo para dominar a los estadounidenses para doble play y hacer abanicar a Trout para sentenciar el tercer trofeo de los nipones de manera invicta.