Yadier Molina es una leyenda viva del béisbol de las Grandes Ligas. Su laureada carrera de más de 18 años ha sido increíble en todos los sentidos y el respeto y la admiración que se le profesa en todo el mundo de las bolas y los strikes le confieren un aura de megaestrella que probablemente trascienda más allá de su retiro al final de la presente temporada.

Con 9 premios Guante de Oro, 4 Guantes de Platino, 1 Bate de Plata, 10 llamadas al Juego de las Estrellas y 2 anillos de Serie Mundial, es lógico que el puertorriqueño levante pasiones en propios y extraños. Por esa razón, el actual ciclo es tan significativo para él y su entorno, es el The Last Dance de un ícono de la MLB, pero sobre todo de los Cardenales de San Luis.

Justamente de eso hay que hablar, ya que en el día de ayer dio otro paso más en los libros de historia de la franquicia que hace vida en Misuri, gracias a un cuadrangular que conectó en lo que fue el triunfo de los suyos por pizarra de 7×1 sobre los Gigantes de San Francisco en condición de visitantes.

Sendo bambinazo

Corría la parte alta de la tercera entrada y estaba sobre el montículo el serpentinero Zack Littell, cuando en conteo de 1 bola y 1 strike, El Marciano desapareció la bola por el jardín derecho. Fue un cuadrangular solitario que inauguró el marcador y que significó el primer paso en la décimo quinta victoria del año de los Cardinals.

Batazo con historia

El vuelacercas fue el 172 en la carrera de Yadi y lo igualó en el noveno lugar de todos los tiempos dentro de la organización de San Luis con el mítico miembro del Salón de la Fama Ted Simmons. Dicho registro es dominado por Stan Musial con 475, mientras que su compañero de equipo y gran amigo Albert Pujols es el segundo con 447.

La próxima meta del boricua es alcanzar a Jim Bottomley en el puesto 8, quien tiene 181. ¿Podrá igualarlo y desbancarlo?