“… Hank Aaron me dijo que nunca me metiera con Bob Gibson…”- le confesó Dusty Baker, el manager de los Astros de Houston a ESPN hace dos años y quizás no existe una mejor manera de definir a la personalidad del mítico as de los Cardenales de San Luis.

En fotos de revistas y recortes de periódicos de aquella época, finales de los años 50 y mediados de los 70 del pasado siglo, se puede ver a la figura de Gibson tan imponente con su enorme estatura y ese carácter recio, como de asesino en serie, con un movimiento único en el box y esa mirada penetrante que a todos intimidaba.

La leyenda

Bob Gibson vistió la franela de los pájaros rojos entre 1959 y 1975 y fue sin dudas el gran referente de aquella histórica generación, la segunda de los Cards, heredera del legado de Stan Musial y compañía y su hoja de servicios habla a las claras de lo que representó el estelar lanzador, hablamos de 251 victorias, 2,91 de efectividad, dos Premios Cy Young y en la campaña de 1968 una temporada lanzando para un promedio de limpias de 1,12; la más baja desde 1920.

Cuatro años había tenido su consagración, el instante donde esculpió su leyenda con ribetes dorados; completó 28 juegos, lanzó de modo inmaculado en 47 tramos y en la postemporada tiró del carro, se echó el equipo encima, con 9 aperturas, completando 8 y dejando marca de 7-2, además de una efectividad de 1,89 para guiar a los Cards al triunfo en la Serie Mundial de 1964 frente a los Yankees de Nueva York; un hito que repetiría tres años después frente a los Medias Rojas de Boston.

La personalidad y el Juego de Estrellas

Todos respetaban a Gibson, le temían incluso, hablamos de los tipos duros del momento, Hank Aaron, Frank Robinson y el mismo Dusty Baker y es que el gigante de ébano era competitivo hasta los tuétanos y u confesión sobre el Juego de Estrellas, varios años después de su retiro es un reflejo fiel de lo que hablamos:

“… Odiaba tener que hablar con los muchachos con los que pasaba el resto de la temporada tratando de patearles el trasero, ellos eran el enemigo para mi…”- enfatizó Gibson.

Polémico y único

La leyenda fue elegido 9 veces al Juego de Estrellas y volviendo otra vez con Dusty Baker, le damos la pincelada final a Gibson: – “…Si te golpeaba con un lanzamiento, me dijeron que nunca fuera hacia el montículo, sino me patearía el trasero…”

Un hombre tan inmenso como lanzador, como controversial en sus relaciones personales, pero quizás para darle mas autenticidad a su manera de ser, Bob Gibson fue un ferrero defensor de los derechos civiles hasta el instante mismo de su muerte… y aquí se puede resumir todo, al final era un ser tan terrenal como el más simple de los mortales.