Your browser doesn’t support HTML5 audio

¿Pueden ir? – sí- ¿Quiénes irán? – solo lo sabe Dios o el diablo, o alguien- y empezar así, de se modo, puede ser el comienzo de una escena de una obra de teatro cualquiera, un soliloquio, un monólogo interior, un flujo de conciencia o una simple meditación, como sea es el comienzo de algo, el principio del fin o el fin de lo que nunca debió haber empezado.

El tema de Cuba y el Clásico Mundial, de la MLB, el Departamento del Tesoro, ese tema puede ser todo eso y más, una tragedia, una comedia, el último grito de un hombre desesperado; es uno de los temas del momento y lo será y ha vuelto a colación después de que se diera a conocer que el gobierno de Estados Unidos emitía el permiso para que los peloteros cubanos residentes en ese país y que ven acción en Grandes Ligas podían estar con la selección antillana en el venidero certamen previsto para arrancar en marzo próximo.

De lo burdo y de lo absurdo

Fue ahora y debe o puede haber más burocracia, pero pudo ser hace un mes, dos, un año, tres, hace dos décadas, en 1980, en el 70, pudo haber sido en cualquier otro momento, solo bastaba con pedir el permiso y nada más.

Siempre dijeron que no, que no se podía, antes ni se hablaba o se hacía poco, casi nada, justo cuando a comienzos de los 60 el profesionalismo despareció de la Isla, sí, cuando aquel cuento chino que la “pelota libre” se impuso sobre la “pelota esclava”, simplemente porque alguien lo creyó así y punto.

Así se asumió, nadie dudó, nadie pensó que podía haber algo más allá de esa idea; Tony Oliva y Orestes Miñoso dejaban su huella en Las Mayores, pero de la “pelota esclava” no se podía, no se quería saber.

A su vez llegaron los 80, llegó la famosa “ Crisis del Mariel”, aquella donde abrieron un puerto para el que quisiera abandonar e irse del país se fuera; tiraron huevos, llamaron escorias, gusanos, apátridas, traidores y mucho más, fue de locos, lo sigue siendo y entonces en ese momento, como un “iluminado”, Bárbaro Garbey, el mismo que en esa década ganó un anillo de Serie Mundial con los Tigres de Detroit; Garbey para llegar allí y ganar y soñar con hacerse alguien debió irse por el Mariel y se fue.

La génesis

Fue el primer “traidor”, Cuba campeaba a placer por el universo amateur, en teoría “la pelota libre” triunfaba, se imponía, pero, sin embargo, un jugador con algo de talento rompía el hechizo.

Después Cuba siguió ganando, llegaron más títulos en Mundiales, también en Olimpiadas, llegaron “nuevos traidores”, Orlando Hernández, Livan Hernández, Jorge Luis Toca, Rolando Arrojo, Rey Ordoñez y la lista fue creciendo, no era uno, ni dos, fue casi un equipo de béisbol que se cansaba de las “mieles del éxito” que ofrecía la “pelota libre” y se decidían a ser esclavos.

La censura aumentó, los que un día fueron héroes como Orlando Hernández, “El Duque”, aquellos héroes se convirtieron en la peor escoria, fueron borrados del mapa, de los libros, se prohibió hablar de ellos, desparecieron, se olvidaron o pretendieron que se olvidaran y la trama siguió con el paso de los días, meses y años hasta llegar a ese instante allí, con José Abreu hablando de las expectativas del equipo Cuba para el tercer Clásico Mundial de Béisbol, allá por 2013.

Mismas caras, diferente guion

Fue hace casi 10 diez años, pero parece que fue ayer, el mismo José Abreu que brilló con Medias Bancas de Chicago y se apresta a ser un referente de los Astros de Houston, estuvo allí, en la televisión nacional, como una de las caras de aquella escuadra y quizás el mejor pelotero de la Isla para ese entonces.

Era un ídolo, lo fue y lo sigue siendo, pero tras el fracaso en el certamen, cuando el combinado criollo quedó a las puertas de la semifinal después de perder ante Holanda en el juego decisivo de la segunda fase, después de aquello, a los meses, en menos de un año, Abreu abandona Cuba para buscar el “sueño americano”, llegar a probarse en el mejor béisbol del mundo.

La historia se repitió y el que fue ídolo, se convirtió en traidor, en paria, despareció de la televisión, de la radio, casi de los libros de estadísticas, fue todo y a la vez nada. Era lo mismo que antes había pasado con Yoenis Céspedes, Aroldis Chapman, Yunesky Maya, lo que sucedería con Yulieski Gurriel, con su hermano Lourdes, con Aledmys Diaz, Yasiel Puig, con tantos y hoy, casi una década después, con el béisbol cubano, sumido en su peor momento, lo que un día nos dijeron que no podía ser, de pronto, como si de un conjuro se tratase, pudo ser y ya.

Volviendo al punto

Entonces, volvemos al punto, con el permiso, el tan mencionado permiso del gobierno estadounidense, ese que abre las puertas de una soñada oportunidad y la afición cubana, nostálgica por aquellos recuerdos de antaño, el oro olímpico y el subtítulo en el primer Clásico Mundial, la afición cubana lo agradece.

Sin embargo, solo se trata de un giro brusco en el guion, de un paso importante, pero hasta ahí, la Federación Cubana, “mostrándose benevolente, ha dicho” que solo no llamará a los que en su día abandonaron delegaciones en medio de competencias y a los que han hablado en contra del gobierno.

¿Quién irá al Clásico entonces?, ya está el permiso, pero falta el eslabón final, el último filtro y en este punto emerge una perspectiva interesante, esa de que pueden existir “traidores buenos” y “traidores malos”.

Ayer y hoy

Antes de ser otorgado el permiso, se habían contactado con varios peloteros, “otrora traidores”, Yoan Moncada, Luis Robert, Yunesky Maya, Yoenis Céspedes y hasta se habla de José Abreu, aquel de 2013.

Unos dijeron que sí, otros que no, a algunos no le darán permiso o ni los llamarán o al menos no deberían hacerlo, según lo estipulado, pero la dialéctica es así de interesante, lo que hoy es gris mañana es negro y de este modo el ciclo se repite.

Hay mucho rencor, excesiva inquina se ha sembrado en la conciencia de varios de esos peloteros que hoy, como Aroldis Chapman, Randy Arozarena y Raciel Iglesias, se mantienen reacios a no ceder en su postura de no representar a Cuba y hay que entenderlos.

Del sueño a la realidad

Un Cuba ideal sería con todos, con aquellos parias de una vez, Gurriel, Abreu, Chapman, Arozarena, Yandy Díaz, Yordan Álvarez, Jorge Soler y José Iglesias, por solo citar, el Cuba real, el posible, el que puede estar listo dentro de tres meses, tendría a Moncada, a Luis Robert, a Andy Ibañez, a Yoenis Céspedes y Lorenzo Quintana, como figuras principales y sería un buen equipo, con buenos jugadores, pero hasta ahí.

No lo dude, como lo lee, los traidores de ayer y de hoy pueden ser los héroes del mañana, ya ha pasado, pasó con tantos, que nada, pero nada debería sorprendernos, bueno, quizás que la mentira tiene piernas cortas y siempre pero siempre, termina emergiendo.

¿Pueden ir?, sí, ¿Quiénes irán?, solo lo sabe Dios o el diablo, o alguien…