El mundo del béisbol para Cody Bellinger se circunscribe a los Dodgers de los Ángeles, pues en diez años, desde que la franquicia californiana lo seleccionara en el Draft de 2013, Bellinger no ha visto ni ha pensado en otra cosa que en el uniforme de letras y color azul del elenco de la División Oeste en la Liga Nacional.

Y otra vez se escribe fácil pero diez años en el béisbol es casi la mitad de una vida y hasta cierto punto cuesta trabajo ver a Bellinger jugando con otro equipo; pocos lo imaginan, creo que ni él pero el próximo 18 de noviembre, la novela podría acabar si como todo parece indicar, los Dodgers no le ofrecen un contrato al que un día fuera su jugador estrella y este pasa a la agencia libre.

El día D

Tal como refiere Los Ángeles Times y el portal Dodgers Nation, esa jornada de viernes está pautada como la fecha límite ofrezcan contratos a los jugadores que se encuentran en la lista de 40 y si bien Bellinger debería pasar a la agencia libre tras finalizar la campaña de 2023, ese momento se podría adelantar en unas jornadas, en caso de que los Dodgers no busquen un nuevo pacto.

La mayoría de los entendidos estaba consciente que el momento llegaría, nada más acabar la Serie Mundial, emergiendo como uno de los grandes culebrones de la temporada baja, pues de aquel Bellinger que fuera Novato del Año y MVP, de aquel extraordinario jugador ya no queda nada, solo destellos, como esos 19 jonrones en esta temporada, pero nada más.

La trama

El propio Bellinger aseguró en su momento que la causa de su desplome había sido una lesión en la rodilla tras un choque abrupto con Kike Hernández en la celebración por el anillo de Serie Mundial de 2020; suceso este que lo llevó a reajustar su mecánica y a limitar el impulso que obtenía con su pierna delantera, clave de su poderoso swing; pero la caída fue colosal, tal como lo muestra su hoja de corte de 165/240/302 en 2021.

Era Cody Bellinger, uno de los ídolos de la afición en Dodger Stadium y había que darle el beneficio de la duda, muchos hablaron de un mal año, luego de otro mal año y entonces de a poco la confianza se comenzó a esfumar y con la llegada de Joey Gallo a comienzos de agosto de este año, Bellinger fue parar a la banca, tal vez como el epílogo de lo que podría venir.

Un necesario punto de giro

Mucho se ha comentado desde entonces, luego de un buen comienzo Bellinger retomó un ritmo similar al de la campaña anterior y más allá de sus casi 20 jonrones, su línea de 210/265/389 no dejó un buen augurio entre sus seguidores.

Habrá tensión hasta el final, unos hablan que se pudiera quedar, otros, la mayoría, que no, que Bellinger saldrá, que es el fin de su drama romántico, diez años después de llegar a los Dodgers; como sea habrá que esperar, pero eso sí, es momento de tomar una decisión, eso se impone por el peso de los acontecimientos, ¿qué será?, el tiempo dirá.