Your browser doesn’t support HTML5 audio

Cuando se cuente está historia dentro de quince o veinte o treinta años, se hablará como una de esas historias de lo real- maravilloso de las que tanto nos contó Alejo Carpentier.

Era imposible, como un sueño, por un momento solo quedaba la idea de salvar el alicaído orgullo nacional frente a panameños y taipeyanos, sin embargo, en cuestión de horas todo cambió y de la inminente tragedia, luego de aquella derrota 6-3 ante Italia, el equipo Cuba ganó sus dos juegos restantes contra canaleros y taiwaneses para acabar primeros en el grupo A del quinto Clásico Mundial de Béisbol.

Antes

Todo empezó allá en Taichung aquel 8 de marzo contra Países Bajos y sí, este domingo en el LoanDepot Park de Miami, la novena criolla estará disputando una de las semifinales del magno evento.

 

Ya es historia, de la buena, de esas en las que se narran gestas gloriosas como aquella del mítico Jenofonte y en este sentido de la mano de un buen pitcheo y una ofensiva productiva, Cuba regresó a instancias decisivas de un Clásico Mundial.

Los dirigidos por Armando Johnson han ido de menos a más en la competencia y después de imponerse a los australianos en el Tokyo Dome por pizarra de 4-3, llegan a suelo estadounidense con la ilusión por las nubes.

Otra vez en semifinales

Al momento de escribir este texto, los antillanos se encuentran a la espera de conocer su rival, el mismo que saldrá del duelo que en solo minutos sostendrán Venezuela y Estados Unidos.

A todas luces, la mayoría de entendidos y hasta la lógica indica que los caribeños quedarían relegados ante el empuje de norteños y morochos, pero los de la Mayor de las Antillas no quieren que la historia acabé este 19 de marzo.

Cómo lo lee, los cubanos están dispuestos a pelear ese cupo en la final y para ello además de recuperar a un hombre como Yoenis Céspedes para el duelo del domingo, también han anunciado al veterano lanzador Roenis Elías para ser el abridor de esa jornada.

El arma secreta

A simple vista pudiera no ser muy llamativo, sin embargo ahondando más allá de la perspectiva de Elías como el hombre encargado de subir a la lomita contra venezolanos y estadounidenses, viendo más allá tenemos que se trata de una movida interesante, la misma que bien pudiese catalogarse como un arma secreta del alto mando cubano para ese crucial desafío.

Nos referimos a un pitcher con carretera en Las Mayores, hablamos de 7 temporadas en el Big Show, vistiendo las franelas de elencos como Marineros de Seattle, Nacionales de Washington y Medias Rojas de Boston; compilando una forja de 22-24, con una efectividad de 3,96 y 331 ponches en 395,2 tramos.

El aval

De igual modo en su hoja de servicios resalta el anillo de Serie Mundial que alcanzó en 2019 cuando era parte de la franquicia de la capital de Estados Unidos.

Cómo precedente más cercano del oriundo de Guantánamo está su desempeño con las Águilas Cibaeñas en la última temporada de la LIDOM, donde dejó marca de 4-0 con un escueto promedio de limpias de 0,92.

Elías cuenta con un buen control, siempre lanzando en la zona baja y a su bola rápida sobre las 90 millas le añade un buen arsenal de rompientes, con las que puede hacer daño a sus rivales.

Ya lo pudimos ver en el Clásico, lanzando 5 entradas impecables frente a Italia y después sacando la casta frente a los australianos.

Su misión será caminar 5 o 6 innings a buen nivel para dejarle la escena lista al prominente relevo que encabezan Luis Miguel Romero, Liván Moinelo y Raidel Martínez.

El terreno como siempre dirá pero la apuesta pudiera dar resultado y 17 años después de aquella final en el Clásico Mundial de 2006, un equipo Cuba estaría reescribiendo la historia.