Abucheos, chiflidos, rictus de rechazo y la idea de estar en una especie de obra de teatro del absurdo, un hombre que debería ser Dios, o algo parecido, Brian Cashman, era tratado como el más vil de los parias en Yankee Stadium, allí frente al Monumental Park; el templo sagrado de la franquicia más ganadora del béisbol…

Primer esa escena, con más nitidez en el día de Paul O’Neill, pero volviéndose algo común el contexto del universo yankee para después en contraposición, entrar él en un primer plano, sonriendo, con ese carisma de siempre, el hombre de familia, el inmortal, el ídolo, El Capitán, Derek Jeter y tal vez en décadas, no ha existido un pelotero tan querido en Nueva York.

Analogías

Derek Jeter, en las figuritas de los taxis en Manhattan, en los carteles, en las portadas del New York Times y en primera plana de Fox Sports, Jeter y sus 14 Juegos de Estrellas, sus cinco anillos de Serie Mundial y un sexto lugar histórico en hits, como para enmarcar algo, un breve compendio de lo que hizo, de los momentos Jeter.

Y cuando el pasado viernes regresó al Yankee Stadium para ser homenajeado, por primera vez, luego de ser exaltado a Cooperstown, entre los aplausos y la emoción contenida de la gente se dejaron escuchar otra vez lo silbidos, justo en el momento que entró Cashman a escena…otra vez.

Las analogías se imponen solas, es casi un criterio generalizado que Cashman debe salir de su cargo si los Yankees no ganan la Serie Mundial y por otra parte, la gente quiere ver a Jeter, muchos piensan que es el hombre indicado, el que puede rescatar la mística y traer uno, dos, tres, todos los títulos que quiera a casa.

Pocos conocen más que Jeter la cultura de los Yankees, la mentalidad ganadora heredada de Steinbrenner padre, las pautas, los protocolos y sería lógico que en algún momento llegue allí y se convierta en gerente general.

La otra cara de la moneda

Jon Heyman, del New York Post cree que no, que es poco probable que eso suceda, pues en buena medida, no existe un argumento concreto, en cuanto a resultados, para dar la impresión siquiera de que con Derek Jeter como gerente, las cosas van a ser diferentes.

Sin embargo, la sensación de fracaso se incrementa cada vez más con la figura de Cashman; Joey Gallo, Aaron Hicks, antes Sonny Gray y Jacoby Ellsbury y así, tantos ejemplos para afianzar la tesis del cambio necesario.

Tener a Jeter en el cargo, sería como un sueño, de nuevo el hijo pródigo volviendo a casa… ¿ficción o realidad?, ¿Cashman o Jeter?; más allá de los hechos los ritmos que impongan el tiempo y el terreno, dirán, pero otra realidad se impone y es que el futuro de los Yankees pudiera estar en juego.