Después de acudir por primera vez al Juego de Estrellas y ganar su único premio Bate de Plata en 2019, la carrera del inicialista Carlos Santana dio un giro de 180 grados en lo que a rendimiento se refiere. La campaña acortada de 2020 debido a la pandemia mundial de Covid-19 mermó sus condiciones y de ahí en adelante no pudo ser el mismo. Hasta ahora.

Resulta que en solo 12 juegos con su nueva escuadra, los Marineros de Seattle, el dominicano parece haber recobrado sus fuerzas y facultades de antaño y da indicios de que todavía le queda gasolina en el tanque para seguir siendo un grandesligas regular algunas temporadas más. En este momento, su línea de bateo con el cuadro de The M’s es de .282/.404/.538, acompañada de 3 jonrones, 6 carreras impulsadas y 9 anotadas. Sí, todo un despertar ofensivo.

El sustituto perfecto

De no ser por la lesión del prominente Ty France, los Mariners jamás hubieran ido en busca de la ayuda de El Oso. Sin embargo, ante una torcedura en el codo izquierdo que alejó a su primera base de los terrenos por 14 días, no quedó otra que buscar a un sustituto, y quién mejor que Santana.

En ese periodo de tiempo, el aporte del veterano ha sido más que notorio y le ha permitido a Seattle seguir en la pelea por un cupo en la postemporada. Además, según las palabras del mánager Scott Servais, Carlos ha ayudado mucho con su experiencia a los hombres más jóvenes de la franquicia. ¡Todo un éxito su llegada!

¿Se avecina un nuevo rol?

Una de las cuestiones que más llama la atención en el cuadro del estado de Washington es qué pasará cuando France vuelva a su posición natural dentro del campo. Ahora mismo se está desempeñando como bateador designado mientras se recupera por completo de su lesión, pero eventualmente volverá al diamante. Para esto, el timonel del club ya tiene la solución: Carlos Santana asumirá el rol de designado. Así de sencillo.

“Carlos puede intervenir y darnos buenos turnos al bate. Ciertamente, se siente cómodo en la primera base y hará un buen trabajo para nosotros”. Manifestó el mandamás.