Bien dice un dicho que “hay cosas que nunca cambian”, y aplica perfectamente a la situación de Blake Snell con los Dodgers de Los Ángeles. El zurdo que ganó el premio Cy Young en el año 2018 con el uniforme de los Rays de Tampa Bay fue y sigue siendo un verdadero dolor de cabeza para una de las toleterías más poderosas de todas las Grandes Ligas.

Ayer, en el enfrentamiento entre los dirigidos por Dave Roberts y los Padres de San Diego, el oriundo de Seattle le mostró una vez más su cara más odiosa a sus adversarios. Poco le importa a Snellzilla que esta sea una de las nóminas más cotizadas del béisbol y que tenga nombres de enorme calibre, ya que contra ellos se crece.

Es cierto que la alineación de la tropa azul se reforzó con hombres como Freddie Freeman y Trea Turner. Sin embargo, el espigado serpentinero de los Frailes no come de eso. En el tercer juego de la serie divisional entre los suyos y los ganadores de la División Oeste de las Grandes Ligas volvió a lucir imponente.

Otra apertura de calidad

Con una labor de 5.1 entradas en la que solo permitió 1 carreras, otorgó 2 boletos y ponchó a 6 adversarios, Snell dejó el juego encaminado para que la escuadra que dirige Bob Melvin se llevara el triunfo por pizarra de 2×1 y dejara a punto de mate la serie ante los Dodgers.

Dicha presentación recordó a aquel duelo entre Los Ángeles y el lanzador de 29 años en la Serie Mundial 2020, el cual acabó con un sabor agridulce para este último luego de que el elenco ‘blue’ remontara y saliera campeón en ese día, a pesar del gran dominio que él ejerció sobre ellos mientras estuvo sobre el montículo.

 Yugo histórico

Pero no solo a la postemporada se reduce la superioridad de Snell sobre los Dodgers. En fase regular se ha cruzado con ellos un total de 9 ocasiones, poniendo récord de 1-1, pero una efectividad de apenas 2.50 acompañada de 56 oponentes abanicados en 39.2 innings de trabajo.