Para los fanáticos no hay perdón ni forma de olvidar cuando los engañas, menos cuando se trata de los Astros de Houston. Segundo año luego del descubrimiento del robo de señas, que para la memoria se ha convertido en uno de los mayores escenarios de trampas del deporte en el siglo 21.

Pese al pasado, los Astros se han mostrado como una de las más solidas dinastías en la competitividad de la MLB, que luego de 2017 han alcanzado dos participaciones en Serie Mundial, aunque sin éxito.

Los Astros se convirtieron en los mayores villanos del juego en 2020, donde incluso alcanzaron la Serie de Campeonato de la Liga Americana, aunque con el respiro y beneficio de lo que fue una temporada sin aficionados en las gradas.

Este 2021 no hubo estadio como visitantes donde no se les abucheara, aunque dándole en la boca al mundo, alcanzando como historia de resurgir la Serie Mundial; que para ellos termina como el subcampeón que solo se menciona porque perdió antes que todo lo hecho para llegar al “Clásico de Octubre”.

Durante la temporada regular no hubo nada que no le saliera bien a los de Houston. Empezando por la ofensiva líder en carreras anotadas con 863, carreras creadas ponderadas plus (wRC+) con 116, así como promedio de bateo (.267), segundos en promedio ponderado de embasarce (wOBA) con .336, cuartos en promedio de bateo de bolas puestas en juego (BABIP) con .303 y tasa de poder aislado (ISO) con .177, donde fueron novenos.

El equipo presentó una habilidad tal que presentó la menor tasa de ponches con 19.4 %, mientras undécimos en tasa de bases por bolas con 9.0 %. Además fueron el equipo con menos swings en la zona de strike (66.7 %), aunque el de mayor tasa de contacto.

Sus 78 carreras salvadas a la defensa fueron la segunda mayor marca entre equipos de MLB, siendo el sexto equipo con el mejor porcentaje de clasificación del rating defensivo con 20.1.

La efectividad de 3.78 de sus lanzadores fue la séptima más baja para equipos, ubicándose en la duodécima menor posición por su efectividad independiente a la defensa (FIP) de 4.12. Su tasa de ponches de 24.0 % fue la duodécima mayor en la liga, mientras su 9.1 % de bases por bolas corrió hasta el puesto 23 de menor elevación. Permitieron un porcentaje de bateo del oponente de .226, tercer menor en la liga, mientras la magistral cifra de 75.0 % de los corredores que alcanzaron bases no terminaron anotando.

El talento ha estado, al igual que una astuta gerencia que cree en el desarrollo. Hoy no se logra la meta, pero sin dudas un recorrido para mas que aplaudir.