El pitcher cubano de los Yankees de Nueva York, Aroldis Chapman conversó y aseguró que el puesto de cerrador debe seguir siendo de Clay Holmes porque se lo ha merecido con su trabajo.

El misil antillano que ha sido el histórico coloca candado de los Bombarderos de Bronx en los últimos años viene recuperándose de una lesión que lo aquejado desde hace algún tiempo.

El zurdo ha sufrido una tendinitis en el tendón de Aquiles izquierdo. 

En lo que va de zafra de 2022 el serpentinero antillano tiene un registro de 0-2 con 3.86 de efectividad y 9 salvamentos teniendo una de sus peores temporadas en el “Big Show”.

Chapman comenzó a pisar el acelerador de cara a su vuelta a los Yankees.

Este martes 21 de junio el antillano inició a entonar su brazo y enfrentar a bateadores según una información del periodista Pete Caldera.

“En mi carrera, estoy más allá de discutir (por la experiencia) o pelear por un papel, ya sea que sea el taponero. Ya pasé por eso para ganarme un papel más cercano”, dijo el pitcher sobre si tiene miedo de haber perdido el puesto de cerrador.

Chapman debutó hace ya varias temporadas en la MLB (2010) con los Rojos de Cincinnati quiénes lo transformaron a cerrador luego de que este fuera abridor con la selección cubana en el Clásico Mundial de Béisbol cuando era apenas un muchacho.

Desde su estreno en el mejor béisbol del mundo el nacido en Holguín ha dejado una milimétrica efectividad de tan solo 2.35 en la que se ha apuntando 235 rescates participando con Cincinnati, Cachorros de Chicago y los Yankees.

A lo largo de su exitosa carrera deportiva en la que ya colecciona un anillo de Serie Mundial que se le adjudicó con los ozesnos tras vencer en la Serie Mundial a los Indios de Cleveland, actuales Guardianes.

El cubano ha ganado cerca de 132 millones de dólares siendo uno de los relevistas mejores pagados del béisbol en la historia.

¡No se rinde!

Chapman recordó cuando tuvo que ganarse a pulso el puesto de cerrador en los Rojos. Algo que trabajó y se lo mereció.

Cuando llegó el mencionado lanzador a Las Mayores su descontrol era su piedra en el zapato. Un pitcher que tira más allá de las 100 millas por hora por lo general falla en la ubicación de sus envíos con cierta frecuencia algo que el tirador lo enmendó gracias a su trabajo.

“Cuando llegué en el 2012 (con los Rojos de Cincinnati), tuve la oportunidad de ganarme el puesto de cerrador y disfruté el momento, y lo aproveché”, le destacó el pitcher de los Yankees en una nota a Caldera.

Jamás en la carrera como grandeligas el cubano ha salido como pitcher abridor. Sin embargo, en su recorrido por la pelota ha lanzado en más de 20 desafíos recordados por hacerlos con los Sabuesos del Holguín en la Serie Nacional de Cuba.