La cara de Severino, la de Boone, la de Moustakas mirando como chocaba la bola y esta viajaba más allá de la cerca, estas caras y las de los miles de fanáticos que estaban allí, en Yankee Stadium, viendo como su equipo era dominado por una de las peores escuadras de todas las Grandes Ligas.

Y el béisbol tiene eso, el béisbol al primer nivel, no hay rivales pequeños, un equipo pierde diez juegos y luego puede ganar doce, o barrer al líder de la división y entonces el límite es muy efímero entre la victoria y la derrota, es como una hebra de hilo fino, que se cruza bien rápido, con un chasquido de dedos.

Flashazos

Las imágenes se suceden, Gerrit Cole hablando de su salida en el primer juego, Clay Holmes también, la victoria y la derrota son la esencia misma del deporte y de la vida y perder es bueno en ocasiones, para replantearse fundamentos y maneras de ver las cosas, pero en Nueva York, con los Yankees, las derrotas se viven de un modo diferente, más cuando hace trece años no se gana la Serie Mundial.

Y habló Cole y Clay Holmes, Holmes relevó mal, luego los Yankees ganaron in extremis, ayudados por el descontrol del relevista Alexis Díaz y entonces otra vez es la imagen de Luis Severino caminando hacia el banco de home club, cabizbajo y meditabundo, le habla con rostro preocupado a los medios, sabia que no estaba bien, pero siguió lanzando, su bola rápida fijada en las 96 millas por horas, estaba a casi 91 millas, bien descifrable, muy cómodo y pagó caro, con sendos jonrones.

La génesis del mal momento

Antes, Holmes lo había resumido todo: – “… Este es un equipo difícil, jugamos nuestra mejor pelota cuando las cosas no van bien…” refirió el New York Post y en el optimismo de la frase esta la alegoría al mal momento.

Otra vez se impone la línea de pensamiento asociada a las derrotas y victorias y como las derrotas en Nueva York, con la fanaticada de los Mulos se ven de un modo diferente, como si ríos de sangre corrieran y dos derrotas, bueno casi tres, una serie mala ante un equipo malo, prende las alarmas, los Yankees son líderes, 62-27 al momento de escribir este texto, con 13 juegos de ventaja respecto a los Rays pero perder no sabe bien y los fantasmas de temporadas pasadas vuelven a emerger, entonces…

El factor X …otro abridor

Y estaban la cara de Luis Severino, la de Aaron Boone, la de Mike Moustakas mirando su jonrón y también la de Luis Castillo mirándolo todo, sopesando probabilidades, en menos de un mes pudiera estar otra vez allí, lo que entonces vistiendo el traje a rayas de los Bombarderos y siendo incluso hasta el segundo abridor del equipo detrás de Gerrit Cole, ello teniendo en cuenta la ya confirmada presencia de Luis Severino en la lista de lesionados.

Como sea, por Severino, por el bajo rendimiento de Jameson Taillon, por las dudas siquiera, el escenario se pinta solo para que los mulos vayan de a todas por otro abridor y pudiera ser Luis Castillo o Frankie Montas o, o… opciones hay y la apuesta debe ser grande, pues ya los equipos miran al juego 100 de la temporada y a estas alturas las señales no son halagüeñas, luego de este incierto comienzo de semana.

Y salió Severino y entro Jonathan Loáisiga pero igual, la idea se impone como un matillo al ser blandido con fuerza, los Yankees de Nueva York necesitan otro brazo para su rotación si quieren seguir soñando con llegar al Clásico de Otoño.