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Con un emotivo homenaje y miles de personas aplaudiendo, Albert Pujols se despidió oficialmente del béisbol, con una ceremonia en medio del Día de Leyendas, de la Federación Nacional de Peloteros Profesionales.

“Un mensaje para todos los jóvenes que aman el béisbol, esfuércense que con Dios presente tendrán la oportunidad”, dijo Pujols al hablar al público en el terreno del Estadio Quisqueya Juan Marichal.
Escoltado por su excompañero Plácido Polanco, Pujols fue ovacionado por los miles de personas que abarrotaron el parque capitalino.

 

En su temporada 22 en las Grandes Ligas, Pujols alcanzó 703 cuadrangulares, un año en el que pensó en retirarse antes que concluyera la misma.

“Fue una temporada difícil, principalmente por lo mal que me fue al principio. Muchas veces le reclamé a Dios por lo mal que me estaba yendo y pensé en retirarme, pero miren cómo se dieron las cosas”, agregó el toletero.

Decenas de jugadores tanto activos como retirados estuvieron presentes en la actividad. Juan Soto, de los Padres de San Diego; Cristian Javier, de los Astros de Houston; Gregory Soto, de los Tigres de Detroit, fueron algunos de los regulares en la actividad. También los inmortales Juan Marichal y Pedro Martínez, así como exjugadores como Polanco, Carlos Gómez, Edwin Encarnación y decenas más. El director del sindicato de jugadores, Tony Clark, manifestó su apoyo al evento y reconoció la importancia del béisbol para la República Dominicana.

Sin embargo, la experiencia general del fanático fue decepcionante. La actividad se caracterizó por tiempo muerto excesivo entre las diferentes actividades y una inexistente visión para los fanáticos de los palcos, visión obstruida por todos los invitados en terreno que no estaban organizados.

La actividad tenía una estimación de 3 horas y 20 minutos y finalmente duró 5 horas lo que provocó que en pleno derby de cuadrangulares más del 40% de los fanáticos se retiraron del estadio. El Derby de Cuadrangulares fue ganado por Carlos Peguero, de los Gigantes del Cibao quien venció finalmente a Sandberg Pimentel que se encargó de robarse el show, con 10 enormes tetrabases que lo catapultaron a la cima en primera ronda.

Sin embargo, el derby fue protagonizado por un inefectivo conteo de los cuadrangulares, problemas con el cronómetro de la TV y la animación de dos tremendos animadores pero que se pisaban entre si.