Hay seres en la vida que nacieron para la epicidad, las grandes hazaña, Albert Pujols es uno de ellos. Al comenzar la temporada se veían distante aquellos 21 jonrones que le faltaban para los 700. La trágicomedia de la temporada de 2020, la de solo 60 juegos, aunado a la mala decisión, siempre se dijo, se haberse ido a Los Ángeles y no haberse quedaro en San Luis atentaban contra la mágica cifra.

Pero Pujols, por esas cosas de la vida, el destino, la cábala, la fe, como usted desee llamarlo, ha demostrado que tiene la capacidad de recomponrse aun en los estertores de su carrera.  Eso sólo lo hacen los grandes. El dominicano sacudió el jonrón 22 de la campaña el viernes por la noche. Épico. En San Luis, frente a su público.

Era el último juego de los pájaros rojos en su casa en esta temporada regular. ¿Se puede pedir más? “Ojalá mi último juego sea en noviembre en la Serie Mundial”, dijo el slugger, una vez finalizado el compromiso en rueda de prensaY es que para Pujols eso de juegos en ronda eliminatoria o postemporada son solo cuestiones burocráticas. Lo de él es jugar y punto.

¿No me creen? “Entonces, no pienso en [esta serie final de la temporada regular] así. Ojalá nos queden muchos partidos por delante”, comentó al respecto. Y es que es así. San Luis irá a la postemporada y habrá más partidos. Los números no le contarán para su amplio palmarés, pero ¿y eso en realidad importa?

La víctima esta vez fue el lanzador  John Oviedo, de los Piratas de Pittsburgh. Se la dejó en la zona de poder y las muñecas de este hombre de 42 años aún responden.  Luego del tablazo vino la lluvia de aplausos. Una tronadora ovación para el sempiterno ídolo de, tal vez, la ciudad más beisbolera de todos los Estados Unidos. 

“Es increíble volver aquí porque sabía que iba a ser así”, dijo Pujols.

“Es bastante bueno ser ovacionado por los fanáticos de esta manera” contó emocionado. “Esto es lo que he recibido de ellos durante todo el año,  pero esta noche fue muy especial después de alcanzar el hito del jonrón 700. Fue una gran noche en general, una noche que compartí con mis compañeros de equipo, mi familia que estaba en las gradas  y, obviamente, salimos con una gran victoria”.

San Luis, la verdadera casa de Pujols

El jonrón del viernes fue el 215 en la carrera de Pujols en San Luis, con  121 en el Busch Stadium III y 94 en el Busch Stadium II. Conectó 332 jonrones en su estadio local y 369 fuera de casa.

“Yo hubiera deseado que todos los 700 jonrones hubieran sido con los Cardenales, pero pudimos ver a la mayoría de ellos. Estamos muy bendecidos”,  dijo el compañero de equipo y amigo cercano de Pujols, Adam Wainwright.

“Tratamos de hacer los cálculos el otro día y es posible que nunca volvamos a ver a un pelotero batear 700. Incluso las matemáticas  con el gran Aaron Judge: tiene que conectar 48 jonrones [cada uno de] los próximos 10 años para igualar a [Pujols],  por lo que Albert ha establecido un estándar muy alto para todos los jugadores que vienen detrás de él”.

Asi es, es que  no todo el mundo es épico  como Alber Pujols. ¿O sí?