En el día de ayer fueron dado a conocer dos nuevas suspensiones a jugadores de las Ligas Menores por consumo de sustancias prohibidas, siendo uno dominicano. La semana pasada fueron dados a conocer seis suspendidos, también en las Ligas Menores, donde la mitad eran dominicanos y si nos vamos a las Ligas Mayores la tendencia es la misma, siendo Fernando Tatis Jr. el último dominicano en dar positivo.
A pesar de que lideramos los casos de suspensiones en las Ligas Mayores desde que empezó el programa antidopaje en 2005, el problema va más allá y debe llamar la atención de todas las personas involucradas en la industria de este deporte.
De los 572 casos positivos entre las Ligas Mayores y las Ligas Menores, el 39.7% proviene de los dominicanos, sólo detrás de los estadounidenses con 40.2%, luego le siguen Venezuela (10.5%) y Puerto Rico (2.6%). Dicho porcentaje es llamativo, pues a pesar de que contamos con la segunda mayor cantidad de jugadores, la cantidad con respecto a Estados Unidos es baja, pero la proporción en cuanto al porcentaje de suspendidos es demasiado alta.
En total, Republica Dominicana ha tenido 227 casos positivos, de los cuales, 144 sucedieron en las Ligas Menores, 43 en Grandes Ligas y 40 en jugadores agentes libres al momento de recibir la suspensión. El año en el que más casos fueron descubiertos fue en 2012 con 33, de los cuales tres fueron en Las Mayores.
Las sustancias más consumidas por los jugadores dominicanos son Stanozolol con 102 casos y Boldenone 26 casos. Los lanzadores han sido los más castigados con 158 casos positivos, seguidos de los jardineros con 21.
Estos datos deben llamarnos la atención, haciéndonos reflexionar sobre la grave situación que tiene tiempo ocurriendo con nuestros niños y jóvenes, situación que pocos se atreven a denunciar. Casos de jugadores que quieren mejorar su rendimiento para adquirir un buen contrato, otros para mejorar de una lesión, y muchos casos de niños que empiezan a tener cuerpo de hombres, pues están apalabrados y “nadie se dará cuenta”.
En su programa, las Grandes Ligas ponen las reglas claras y los mecanismos en caso de que requieras ayuda, desde exenciones hasta la forma de apelar en caso de no estar conforme con un resultado, así que no vale la pena justificar tales acciones.
El programa educativo de Grandes Ligas debe ser emulado y llevado a cada liga donde practican niños y adolescentes, así como deben ser visto por los padres y sus entrenadores, para que comprendan que estas sustancias van más allá que una suspensión para un jugador, afectan su salud y comportamiento, trayendo una serie de problemas que repercuten en sus familias y en la sociedad.