Los Yankees de Nueva York cayeron ayer en el primer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante los Astros de Houston por pizarra de 4×2 en el Minute Maid Park. Varios fueron los motivos de la derrota, pero una vez más entre los principales culpables se encuentra Aaron Boone. Al menos eso es lo que afirma la fanaticada yankista, la cual cree que su mánager los condenó con una decisión precipitada en las inmediaciones del quinto episodio.

Si bien es cierto que tuvo razón entregándole la bola a Néstor Cortés para el juego 5 de la Serie Divisional ante los Guardianes de Cleveland, no es menos verídico que se arriesgó al colocar a Jameson Taillon contra Justin Verlander en la apertura del match contra la tropa sideral.

Aun así, el tiempo le estaba volviendo a decir que acertaba al timonel de los Mulos del Bronx, luego de que tras los primeros 4 capítulos, el marcador se mantuviera igualado a una carrera por bando. En ese momento, era solo cuestión de aguardar a la embestida de los bates propios para llevarse el triunfo.

¿Por qué se apresuró?

Habiendo dado par de vueltas la alineación de Dusty Baker, era el turno de enfrentar por tercera vez a la toletería local y Taillon estaba preparado. No había ponchado a nadie y le habían conectado varios batazos largos, pero se le veía sólido y fresco sobre la lomita, aplomado y con gallardía, como todo un mariscal en el campo de batalla.

Con esta actitud granítica, Jameson hizo fallar al peligroso José Altuve con un rodado a primera y colgó el primer out en la pizarra. Inmediatamente después, Jeremy Peña le conectó doblete y el timonel de los Bombarderos se enrumbó al montículo para quitarle la bola. En ese preciso instante, el ex de los Piratas de Pittsburgh solo llevaba realizados 67 lanzamientos.

Este último no es un dato menor, ya que en sus 4 salidas más recientes el hombre nacido en Lakeland, Florida, tiró más de 90 pelotas. ¿Por qué no dejarlo? Es la pregunta que todos le hacen a Boone.

Y sí, Clarke Schmidt salió del atolladero luego de asustar a todos dando boleto intencional a Yordan Álvarez, embasando por la misma vía a Alex Bregman y obligando a Kyle Tucker a batear para doble play.

Pero en el inning siguiente se desplomó permitiendo cuadrangulares solitarios a Yuli Gurriel y Chas McCormick. Fue ahí cuando la pregunta que antes citamos comenzó a taladrar la sien de analistas y fanáticos. De nuevo, “¿Por qué no dejaste a Taillon?” Resonaba en cientos de miles (quizás millones) de cabezas alrededor del planeta.

Lo que nunca se comprobará

Nadie sabe qué habría sido de los Yankees si Taillon seguía en el medio del diamante un rato más, pero lo cierto es que sabemos lo que hizo y contra todo pronóstico, el serpentinero cumplió hasta donde se lo permitieron.

¿Se volvió a equivocar el mandamás de la novena más ganadora en la historia del béisbol? No hay quien pueda afirmarlo a ciencia cierta, pero dados los hechos, todo indica que su determinación fue precipitada.