Sin decir adiós, ni terminar siquiera el último año de su contrato, así se despidió Jason Heyward de los Cachorros de Chicago, quedando en el recuerdo como uno de los grandes fracasos de los últimos años en todo el béisbol.

Desde su debut con los Bravos de Atlanta, Heyward fue un pelotero sobrevalorado, de excelentes condiciones defensivas, pero un bateo bastante mediocre que solo compensaba con una buena cantidad de bases robadas.

Pero Heyward tuvo un buen año, allá por 2015, cuando vistiendo la franela de los Cardenales de San Luis dejó una línea de 293/359/439 tal como señala MLB.com.

La ilusión que no fue

Fue un buen aval que le brindó la posibilidad de relanzar su carrera de la manera que nadie esperaba, quizás ni el mismo, pues a finales de aquel año, los Cachorros de Chicago le ofrecieron un jugoso contrato de 184 millones de dólares por 8 campañas, proyectándolo como una especie de jugador franquicia, algo que jamás llegó a concretar.

Si bien fue una pieza importante en ese equipo campeón en 2016 bajo la égida de Joe Maddon, su desplome definitivo se comenzaría a apreciar en esa misma zafra cuando legó una hoja de corte de 230/359/439.

La caída

Ya después se volvería a encontrar ni con la sombra de aquel jugador de 2015 y con la consecuente crisis del equipo luego ganar el anillo de Serie Mundial, su situación también se agravaría y en este 2022, tocaría fondo de una vez y por todas, bateando apenas 204, con un solitario jonrón y 10 carreras impulsadas.

Por ello no extrañó del todo que el Presidente de Operaciones de Béisbol de los Cachorros, Jed Hoyer, anunciara en esta jornada, tal como lo dio a conocer el propio equipo, que Jason Heyward era liberado.

Ya era un lastre…

Con el elenco del norte de Chicago enfrascado en un proceso de reconstrucción total en pos de recuperar el espacio perdido en los últimos cuatro años, Heyward era un lastre con él no se podía cargar y la decisión se imponía, incluso con la franquicia debiéndole todavía 22 millones de dólares pactados para 2023.

Heyward será agente libre, pero a sus 33 años y con este precedente que deja con los Cachorros, su futuro luce bastante incierto, por ahora se despidió, a la francesa, sin decir adiós, tal vez como un fiel reflejo de la cruda realidad que estaba viviendo.