El patrocinio deportivo es uno de los principales ingresos para un atleta, fuera de su salario. Para algunos, es vital teniendo en cuenta que no cobran un sueldo sino que sus ingresos son los premios de los torneos que disputan. Pero para otros, su rendimiento ayuda a que las marcas se peleen por tenerlo bajo su ala. Por eso mismo, hay empresas como Nike o Adidas que captan jóvenes promesas a temprana edad.

El caso de Under Armour es distinto. Nacida como marca de playeras de fútbol americano que absorbían el sudor, se fue expandiendo de su Estados Unidos natal a todo el mundo y a otros deportes. Así, en 2013, con sus productos de baloncesto establecidos, comenzaron a patrocinar a un joven Steph Curry que empezaba a explotar sus habilidades en unos Warriors que pronto darían que hablar.

Ese primer contrato, de cuatro años, le hizo embolsar cuatro millones de dólares por temporada. Su última renovación, en 2020 y por cuatro temporadas más, le generaron 215 millones de dólares. Ese contrato vence el próximo año y desde Under Armour no quieren ni pensar en la posibilidad de perder a su primera estrella, la que fue parte vital en ascender el prestigio de la marca.

Por lo tanto, en la empresa estadounidense planea ofrecer un contrato “de por vida” al base de Golden State a razón de un total de mil millones de dólares. El contrato incluiría un monto mientras el jugador siga en activo y otro distinto para cuando llegue el momento del retiro para que Curry siga ejerciendo como embajador de la marca.

Caso parecido es el de Nike con atletas como Michael Jordan o Cristiano Ronaldo, cuyos ingresos por patrocinios multiplican con creces sus salarios; o el de Puma con Diego Maradona, que siguió vistiendo indumentaria de la marca alemana durante todos los años que siguieron a su retiro