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Quizás como consuelo, les quede aquella máxima de que han sabido sufrir y eso en una temporada larga como la de NBA, a la larga resulta vital en las aspiraciones de un equipo que en perspectiva luce como ganador.

Han sabido sufrir, lo han hecho y el récord de 12-11 al momento de escribir este texto refleja a las claras lo que hablamos, con más veras si tenemos en cuenta de que los Trail Blazers han debido sortear una buena cantidad de partidos sin su estelar Damian Lillard.

Y sí, luego de un comienzo pletórico, copando incluso las primeras posiciones de la Conferencia Oeste, las lesiones hicieron mella en Lillard y la estrella del elenco de Oregón ha debido salir de juego en par de oportunidades.

El reto

Al comienzo, los dirigidos por Chauncey Billups pudieron sobrellevar la baja de su estelar, gracias en buena medida al impacto de un hombre como Jerami Grant, pero con el paso de los días, las aguas fueron tomando su nivel y el vacío se comenzó a sentir.

De jugar ampliamente por encima de 500, un importante cúmulo derrotas hicieron descender a los Blazers, pero anoche, en la que tal vez haya sido la prueba más dura del presente curso, anoche, otra vez volvieron a dejar una imagen positiva sobre las duelas.

Un reto más que difícil

En Salt Lake City, en el templo sagrado de los Jazz de Utah, esa especie de bastión, casi inexpugnable que ha construido Will Hardy con un grupo de muchachos talentosos, llenos de ansias de demostrar, anoche, en Salt Lake City los Trail Blazers midieron fuerzas contra el equipo revelación de la temporada.

Con tres derrotas consecutivas llegaba Portland al cotejo y estaban a prácticamente obligaos a cambiar la dinámica perdedora, debían hacerlo y así sucedió.

Refiere ESPN que fue un partido parejo, propio de dos estilos bastante similares, basados en explotar el arsenal ofensivo, haciendo énfasis en el juego interior. Los Trail Blazers manejaron de modo perfecto los hilos del encuentro, pero al final, los Jazz sacaron la casta y estuvieron a punto de sentenciar a los visitantes.

La noche de Anfernee

Estaba él, no era Damian Lillard ni Jerami Grant, no, era el turno del sensacional Anfernee Simons, quien con 45 cartones y una sobriedad espantosa al momento de defender, espantó el peligro de esos instantes finales.

Los pupilos del coach Billups ganaron 116-111 y estuvo Simons, pero otra vez, el imponente Jerami hizo de las suyas con 33 cartones para la causa.

Una victoria importante frente a un rival de envergadura y eso es lo mejor que pudo haber llegado para los Trail Blazers en este inicio de diciembre, mientras Damian Lillard se alista para volver al ruedo.