La NBA es un sueño que muchos tienen pero pocos puede alcanzar. Sobre todo para los jugadores extranjeros. Hoy en día es muy común que jugadores provenientes de todo el mundo puedan experimentar la mejor liga de baloncesto del mundo, pero hubo una época donde llegar rozaba lo utópico. Y uno de los que abrieron ese camino es dominicano y se apellida Horford.

Alfredo William Horford es más conocido por “Tito”, el apodo que le pusieron desde pequeño. Con sus 2,16 metros de altura imponía un respeto enorme al jugar de centro en cada partido de baloncesto. Por eso se mudó a Estados Unidos al ser reclutado por la escuela secundaria Houston Christian High School y así tratar de conseguir una beca para jugar en la NCAA.

Tito Horford en su paso por Milwaukee Bucks. Fue el primer dominicano en jugar en la NBA

Lo hizo, pero no sin pasar dificultades. En 1985 participó del prestigioso McDonald’s All American Game, que junta a los mejores proyectos del baloncesto juvenil. Tal es así, que inmediatamente lo reclutó la Universidad de Louisiana, luego de fracasar su admisión a la de Houston. Pero lo que parecía un camino hacia la NBA, casi se derrumba luego de que por problemas de disciplina le quitaran la beca.

Ahí apareció la Universidad de Miami que vio potencial en el pívot y en dos temporadas promedió 14.2 puntos y 9.4 rebotes. Así, se convirtió en elegible para el Draft de 1988 y fue escogido por los Milwaukee Bucks en la segunda ronda con el pick 39. De esa forma, Tito Horford se convertía en el primer dominicano en jugar en la NBA.

Hay que entender que en esa época era muy difícil que un jugador extranjero tenga oportunidades en la liga. El camino lo abrió Butch Lee, de Puerto Rico en 1978, apenas diez años antes, siendo elegido por Atlanta Hawks. A él le siguieron Rolando Blackman (Panamá, 1981), Stuart Gray (Panamá, 1984), Lorenzo Charles (Panamá, 1985), Harold Keeling (Venezuela, 1986) y los portorriqueños Ramón Rivas, José Ortíz y el mismo Tito en aquel 1988.

Por eso, no sorprende que Horford padre haya tenido un paso fugaz por la NBA. Fugaz, pero importante para las generaciones futuras que vieron posible tener oportunidades en la mejor liga del mundo. Horford estuvo dos temporadas en los Bucks, en los que apenas jugó 63 partidos con 6 minutos de promedio. Las oportunidades escaseaban para los que no eran estadounidenses.

Después de eso, siguió su carrera en Francia e Italia donde tuvo mayor protagonismo que le permitió volver a probar suerte en la NBA en 1993. Firmó un contrato de diez días con los Washington Bullets pero apenas jugó tres partidos sin anotar. Luego siguió su carrera en la liga local, con otro paso por Italia. Se retiró en 2004, justo cuando su hijo Alfred “Al” iniciaba su carrera en la NCAA en la Universidad de Florida, mismo Estado en el que Tito había jugado.

Al sería elegido con el Pick 3 del Draft de 2007 por los Atlanta Hawks, equipo con el que jugaría hasta 2016 y tendría como mayor logro llegar a las Finales de Conferencia en 2015 donde fueron barridos por Cleveland Cavaliers.

Ahora, después de dejar Atlanta para llegar a Boston, de abandonar los Celtics para probar fortuna en Philadelphia y Oklahoma, y de volver a Massachusetts para tomarse revancha en el equipo verde, Horford hijo es uno de los mejores jugadores latinos de la historia de la NBA y se convirtió en el primer dominicano en llegar a unas Finales. Atrás dejó ser el jugador con más partidos de playoff sin llegar a la serie decisiva.

Al, como Tito, volvió a poner el apellido Horford como uno de los más destacados, no solo de su país, sino del baloncesto latinoamericano. Y puede seguir agrandando su legado si pueden quedarse con el trofeo ganándole a los Warriors