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Se acordó de él, de que existía, de que hubo un tiempo lejano ya, un tiempo del que cuesta incluso evocar recuerdos e ideas concretas, pero bueno, como sea hubo un tiempo así, en que Chris Paul fue un fenomenal jugador, más bien muy bueno, en extremo diría, fue así, aunque hoy parezca que hablamos de cincuenta o sesenta años atrás y que Chris Paul ya no quede nada, apenas recuerdos.

Chris Paul se reencontró con Chris Paul, cara a cara, con aquel Chris Paul de New Orleans y Clippers, aquel que antes de ser un perdedor, alguien incapaz de jugar un partido bueno en postemporada ilusionó a millones en todo el orbe.

Noche especial en Arizona

Ese Chris Paul, del que hablamos, ese Chris Paul estuvo allí, hace minutos, en Arizona, dando lo mejor de sí ante los poderosos Lakers, haciendo sentir por ratos, más bien en efímeros ratos que todavía tiene para ofrecer, para deleitar a la gente en las gradas y este es el verdadero sentido de las cosas, no es no  caerse, no, es levantarse una y otra y otra vez.

Y Chris Paul se levantó, emergió de sus cenizas, como aquella otra vez cuando llevó a su nuevo equipo a una final, hace par de temporadas y lució inmenso allí y hoy, no estaban LeBron, ni Davies, tampoco Russell Westbrook, pero como quiera Paul tenía que lucirse, mostrar algo de lo de antes, de aquel Chris Paul muy, pero muy bueno.

Con un récord de puntos para esta temporada, Chris Paul con 31 cartones fue el cerebro, el gran artífice del contundente éxito frente al combinado oro y púrpura con pizarra de 130-104.

Como lo lee, 31 puntos y el hecho de la defensa endeble de los Lakers no arroja por tierra la faena del veterano Paul, allí frente a su público, en Arizona, siendo local.

Numeritos y más

Fueron 31 cartones, 8 asistencias y cuatro rebotes para cerrar el día con broche de oro, ante la mirada atenta de Darvin Ham y toda su comitiva.

Y Chris Paul, al menos este lunes se reencontró una vez más, con el genio, con uno de los grandes talentos de su generación, es decir, con él mismo, y otra vez, reencontrarse fue encontrarse con esa, su mejor versión.

Los Suns ganaron, 130-104, ganaron amplios, sin lugar a dudas y Chris Paul se vio preparado para su gran reto, asumir galones a la hora cero, como en los viejos tiempos, aquellos tiempos donde era un jugador muy bueno, sobrado de calidad.