Los Warriors siguen imparables en la NBA y aplastaron a los Sixers después de una brutal remontada. Perdían por 19 (34-53) en el segundo cuarto y acabaron ganando por 20 con un parcial de 82-43 en los últimos 29 minutos de partido, incluido un 64-35 en la segunda mitad.
La gran figura volvió a ser Steph Curry, que anotó 25 puntos con 6-11 en triples para ganar el duelo familiar a su hermano menor Seth, que se quedó en 24 y no anotó ninguno de sus cinco lanzamientos desde el arco. Los hermanos fueron los máximos anotadores de sus respectivos equipos.
A Curry se le unieron Juan Toscano-Anderson, que anotó todos sus 13 puntos en la segunda parte, y Gary Payton II, que contagiaron su energía a los Warriors. Culminaron su remontada con triples consecutivos de Curry y de su cuñado Damion Lee a falta de 39 segundos para el final del tercer cuarto (86-84). Después, los Sixers desaparecieron en el último recibiendo un 30-12.
Los Sixers, sin Joel Embiid y Tobias Harris, perdieron por séptima vez en nueve partidos mientras que los Warriors se mantienen en todo lo alto de la clasificación con un balance de 15-2 y es el único de la NBA que ha alcanzado los 100 puntos en todos sus encuentros además de mantener los mejores registros defensivos de la Liga.
El rendimiento de Golden State supera enormemente las expectativas que se habían depositado en la previa de la temporada. Con poca rotación, dada la lesión de James Wiseman, la posible baja de Andrew Wiggins por su negativa a vacunarse, más la ausencia de Klay Thompson, todo parecía que Curry debía cargar con todo el equipo al hombro. Pero los Warriors están reviviendo su época de los tres anillos en cuatro años y parece que quieren más.