Si de básquet se habla, Michael Jordan es palabra autorizada. En el estreno de la serie “They Call Me Magic” (ellos me llaman magia), serie que recorre vida y obra de la leyenda de Los Ángeles Lakers Earvin Magic Johnson fue consultado sobre quien es el jugador que cambió la historia de la NBA y cuando todos estaban esperando que él mismo se elija o que en su defecto escoja a LeBron JamesMJ sorprendió con su respuesta. 

La docuserie en cuestión tuvo su estreno en el Festival de Cine Sur por suroeste, pero a partir del 22 abril se podrá ver por Apple TV+. En el capítulo que dio el punta pie inicial contó con la presencia del ex-Chicago Bulls, no dudó en expresar su admiración total por su admiración por el cinco veces campeón de la NBA, con quien además fue compañero en el Dream Team que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, y al ser consultado por quien es el mejor jugador de la historia, Jordan dejó a todos pasmados con su respuesta:

“Todo el mundo quiere darle crédito a Michael Jordan por cambiar la NBA, pero cuando llegó Magic Johnson, ahí fue donde cambió el juego”, afirmó Air en la serie documental de Magic Johnson, según el portal Variety’s Selome Hailu.

Además de ostentar cinco anillos de la NBA y la medalla de oro en Barcelona 1992 mencionada, Magic fue electo como el mejor jugador de tres finales de la liga de los Estados Unidos (1980, 1982 y 1987) y en tres temporadas (1987, 1989 y 1990). También, el oriundo de Michigan dijo presente en 12 ocasiones en el All-Star Game (El Juego de las Estrellas) y en 1996 fue seleccionado entre los 50 mejores jugadores de la historia.

Cabe destacar que tanto la trayectoria deportiva como la vida personal del legendario base de Los Lakers es digna de los libros de historia. Sus hazañas deportivas -que son dignas de alabar- son “superadas” por un hecho específico que fue un antes y después en la historia de la mejor liga del básquet del mundo.

En 1991 admitió de forma pública que contrajo HIV, por lo que tuvo que retirarse de las canchas durante cuatro años, pero en la temporada 1995/1996 volvió y, con el apoyo de sus compañeros de profesión, se convirtió en el primer jugador abiertamente ceropositivo en jugar en la NBA.