Lebron James y Kevin Durant pero pueden ser, Michael Jordan y Charles Barkley o Kareem Abdul- Jabbar y Larry Bird y el solo hecho de la rivalidad intrínseca entre estos jugadores nos da la idea de la grandeza y no hablamos de cualquier cosa.

Y Lebron y Durant ahora mismo deberían haber sido los grandes protagonistas de estos Play Off y siguen siendo las caras de la liga, quizás el uno y el dos y más allá de la polémica y de los números está su impacto pero Lebron y Durant no pueden ser Dios.

Lo que no fue

Debieron ser los grandes protagonistas de la temporada y hasta cierto punto lo fueron, pero de ser favoritos a ganar todo y verse las caras en la final, pasaron a ser los grandes candidatos al fiasco del año.

Y pudiera empezar por ser por el final o por la mitad de la trama, como quiera la idea va a quedar flotando en el aire… Nets y Lakers son las grandes decepciones de esta temporada y los hechos trascienden a Kevin Durant y a Lebron James.

Hablo de James y de Durant porque son las caras del equipo, pero la realidad es que las dos estrellas fueron lo mejor de sus franquicias y por mucho.

La casta

Más allá de las estadísticas los estelares jugadores asumieron su papel de líderes de grupo y si los Ángeles Lakers tuvieron algo de esperanzas hasta el final, se debió en total medida al liderazgo de Lebron James.

El Rey siempre buscó la manera de motivar y de levantar el ánimo, estaba Frank Voguel allí en una esquina como de cartón, medio robot y Lebron se impuso a esto pero el equipo nunca se encontró.


 

Y podían llegar juegos de 50 puntos o más, pero igual, lo que se pintó como un monstruo de tres cabezas, como una hidra; la combinación Lebron James, Anthony Davies y Russel Westbrook jamás funcionó.

La otra cara

Nadie esperaba otra cosa a estas alturas, pues la barrida era inevitable con o sin Ben Simmons; todo había quedado definido desde el segundo juego, con aquella canasta de Jayson Tatum.

Los Nets perdieron en su propio feudo, allí en el Barclays Center frente a su gente y los rostros de los jugadores lo decían todo, caras compungidas, medio perdidas, sin saber que hablar.

Un Kevin Durant minimizado solo atinaba a asentir que los Nets fueron superados en toda la línea por su rival.

Y todos hasta el mismo Steve Nash, todos apostaron a Durant, a lo que podía hacer Durant y en un momento funcionó pues en su regreso, después de la lesión, fue como un huracán y arrasó y así siguieron en el play un pero hasta ahí.

Más allá de la mística

Nunca se vio al grupo, solo por momentos, Kevin Durant y Kirie Irving se asociaron y dieron una pequeña muestra de lo que eran capaz de hacer, pero al final todo terminaba en Durant.

Hubo un momento incluso en el que toda la esperanza del club se depositó en el posible regreso de Ben Simmons, un hombre que llevaba casi un año sin jugar y ello te da una medida exacta de la debacle.

El mismo final

Tanto Lakers como Nets fueron equipos armados para ganar todo y marcar el comienzo de una era pero hasta hoy, por ahora, no ha sido la mejor manera de empezar.