Realmente no nos sorprende el resultado de este martes con la victoria por amplio margen de los Golden State Warriors sobre un equipo que además de tener la presión de ser protagonista en la postemporada, ha venido sufriendo con lesiones de última hora.

En un escenario del ‘Chase Center’ engalanado para apreciar la esperada ceremonia de entrega de anillos de campeón, y por lo observado en el tabloncillo, pareciera que el escuadrón de Stephen Curry lo tiene todo para revalidar su título.

Atrás han quedado las polémicas internas suscitadas por la pelea en un entrenamiento entre Draymond Green y Jordan Poole, de hecho, ambos han actuado en esta jornada como si nada de aquello hubiera ocurrido; el primero con una gran labor defensiva, y el otro más en el lado ofensivo.

La labor en equipo fue lo que más se puede resaltar de este conjunto, con todo y haber tenido a su principal figura como Curry con 31 puntos al frente de la tabla de anotadores, ya que de igual forma tuvo un buen respaldo de Andrew Wiggins y 20 puntos, así como para celebrar su renovación de contrato, además de los 18 que aportara el siempre rendidor Klay Thompson.

Pero no podemos negar que los Warriors se han podido aprovechar del mal momento actual que están viviendo su rival de turno, del cual solo podremos rescatar lo hecho por su líder LeBron James que también se bajó con 31 puntos, siendo escoltado por su llave Anthony Davis y 26 tantos.

Entonces, ¿Qué sería de los Lakers sin la presencia de estos dos jugadores? Russell Westbrook al menos ha podido sortear su lesión y logró aportar 18 puntos y 11 rebotes, en 31 minutos de acción y desde el quinteto abridor, pero aún sin la seguridad de continuar en esta franquicia.

Aún no es momento de encender alarmas ni de celebrar por anticipado; pero los Warriors han dado su primer gran golpe y de forma contundente, mientras que los Lakers no se pueden dar el lujo de seguir cediendo como lo ha venido haciendo, si quiere regresar a competir en las instancias decisivas.