Los Playoff son la mejor parte de la temporada de la NBA, de eso no hay dudas. Cada serie tiene su historia aparte y son muchos los momentos que parecen sacados de una película. Como el que están viviendo los New Orleans Pelicans, que salieron del fondo del Oeste, se metieron en play-in, lo ganaron y ahora tienen bajo amenaza a los Phoenix Suns, últimos finalistas y el mejor equipo de la presente temporada.

Con una actuación de orgullo y enorme compromiso defensivo, los Pelicans igualaron anoche 2-2 la serie contra los Suns, al imponerse por 118-103 en una noche iluminada por los 30 puntos de Brandon Ingram, los 26 del lituano Jonas Valanciunas y por el contagioso esfuerzo en defensa del hispano José Alvarado.

Phoenix se vio en el medio de una tela de araña defensiva, que maniató a Chris Paul (4 puntos, 2/8 de cancha). Eso sí, el veterano maestro repartió 11  asistencias, en una noche en la que, a falta de Devin Booker, Deandre Ayton anotó 23 puntos, con 8 rebotes. Pero la situación es preocupante en los de Arizona, ya que Booker no estará en lo que quede de la serie y la sorpresa puede ser mayor.

En Luisiana se vieron remeras con la leyenda “You gotta fight” (“Tienen que luchar”) que inundaron todas las gradas para animar a sus jugadores a una historia épica. Y los Pelicans están respondiendo. Ahora la serie se muda de nuevo a Phoenix, pero sin Booker, con muchas dudas en el local y con New Orleans con la moral por las nubes, se puede dar la sorpresa del año en estos playoff.

En noviembre, los Pelicans (que encaraban otra temporada sin Zion Williamson) arrancaron con un registro de 1-12. A partir de allí, el ánimo fue creciendo. El juego se hizo más fluido y encima adquirieron a CJ McCollum para darle ese extra que permitió la remontada en la fase regular. Ahora están a dos juegos de dar el golpe. Y tranquilamente puede pasar