El mercado de la NBA está que arde. Los movimientos entre franquicias no cesan y a los agentes libres le llueven ofertas para sumarse a equipos con espacio salarial que les permitirá dar el golpe. Uno de ellos es New York Knicks.

Después de regresar a playoff luego de siete temporadas, y caer en primera ronda ante Atlanta Hawks, los Knicks quieren dar el golpe este año. Por eso, tras la confirmación de la continuidad de Derrick Rose por otros tres años, se suman dos buenas noticias a la Gran Manzana.

Primero, el fichaje de Kemba Walker luego de que el jugador haga un sign and trade con Oklahoma. La llegada de Walker, traspasado desde Boston, supone un importante refuerzo para los Knicks, donde se espera que se convierta en el base titular desde el primer día.

Pero eso no es todo. Julius Randle acordó una extensión de contrato por cuatro años y $117 millones, elevando el valor total de su acuerdo a cinco años y $140 millones con una player option para ese quinto año.

Randle tuvo una temporada destacada y revolucionaria para los Knicks, ganando el premio al Jugador Más Mejorado de la NBA y ser parte del segundo equipo All-NBA en su camino para llevar a la franquicia de regreso a los playoffs con un cuarto sembrado en la Conferencia Este.