En medio de los meses desastrosos que han vivido los Lakers, LeBron hizo comentarios no tan sutiles sobre la situación pírrica de los Lakers. En el All-Star Weekend lo volvió a hacer, les hizo saber a todos que estaría abierto a jugar nuevamente para Cleveland. Lo cual significaría dejar Los Ángeles, creando morbo con sus declaraciones.

Elogió a Sam Presti sin que se le preguntara por el trabajo del GG del Thunder lo cual generó comentarios sobre el posible ataque indirecto de James a la gerencia de los Lakers. Un preludio de un informe de que LeBron, quería que Presti reemplazara al gerente general de los Lakers, Rob Pelinka. Ha mostrado su descontento con la falta de movimientos en la fecha límite de intercambio por parte de la oficina principal de los Lakers.

Entonces, ¿qué hizo LeBron este fin de semana para seguir? Pasó de arremeter contra Pelinka por lo que en realidad fue su culpa, a arremeter contra los medios por lo que también fue su obra. “No entiendo cómo algunos de mis comentarios durante el fin de semana [All-Star] fueron llevados a un área completamente diferente de ‘¿Me veo retirándome como un Cavalier?. Ustedes toman algunas de mis palabras y las tuercen en diferentes lugares donde no deberían ir”.

Lebron siente la necesidad de generar drama y ​​luego asumir una postura agresivamente defensiva cuando ese drama se sale de su control.

Bill Reiter de CBS, escribió un listado de cosas que Lebron urgentemente necesita hacer:

Aceptar la responsabilidad. Este lío es obra de LeBron, no de Pelinka, ni de los medios, ni siquiera de Westbrook, a pesar de su juego atroz. LeBron puede afirmar que no es un gerente general en la sombra, pero recuerda que antes del canje del verano pasado que trajo a Russ a Los Ángeles, LeBron se reunió semanas antes para analizar cómo funcionaría la sociedad entre Anthony Davis, LeBron y Westbrook.

Arregla las cosas en la cancha, no con maquiavélicas maniobras fuera de la cancha. Deja de intentar jugar al maestro manipulador de medios. Deja de descargar tu frustración en otros que se doblegaron, inevitablemente, a tu voluntad. Basta con todo el drama fuera de la cancha. Llévalo a la cancha.  Ve a jugar lo mejor que puedas en él.

No insultes nuestra inteligencia. El público en general no es estúpido. Podemos escuchar las contradicciones, ver a través de los supuestos engaños y tender a reaccionar en consecuencia. A la gente a menudo le desagradan los políticos porque están llenos de eso y nos piden que finjamos que no lo están. Evita esta trampa.

¿Rey James? Todo bien.

¿El rey del drama James? Mucho menos efectivo.