Pocos jugadores son tan influyentes en su equipo a la hora de armar un plantel como LeBron James. O prácticamente ninguno lo es, ya que el alero ha formado un equipo a su gusto, con lo que podía llevar, en cada uno de los lugares en los que estuvo.
Tanto en Miami Heat, en el cual se dice que el famoso Big 3 junto a Wade y Bosh lo armaron los propios jugadores, o en su segunda etapa en Cleveland, cuando tras su regreso, convenció a varios jugadores de renombre a sumarse al proyecto.
Y ahora en Los Ángeles Lakers no es la excepción, ya que muchos bromean diciendo que el verdadero General Manager es el jugador cuatro veces campeón de la NBA. Y si finalmente hubiera formado el equipo que tuvo en mente, realmente habría que darle el premio a “Dirigente del Año” que otorga la NBA a final de temporada.
Según medios locales, LeBron se juntó con la dirigencia de los Lakers y trazó un plan para intentar intercambios en los que Bradley Beal, DeMar DeRozan, Damian Lillard y Russell Westbrook llegaran a Los Ángeles. Lo que no se reveló, es si ese plan era traer a solo uno o varios de ese grupo, teniendo en cuenta el tope salarial.
Finalmente, el único que llegó de los que pretendía James, fue Westbrook, pero el interrogante que se abre ahora es si el ex jugador de Oklahoma, procedente de Wizards, fue la primera opción, llegó como parte de un proyecto mayor, o simplemente fue un descarte tras no poder convencer a los demás.
Es claro que la veteranía del plantel es un tema a tener en cuenta, más allá del innegable talento del que se dispone. Por eso, no es descabellado pensar que LeBron pretendiera, además de Westbrook, traer al menos otra figura “joven” que pudiera inclinar la balanza a su favor.