Nueva Orleans ganaba por tres puntos (108-111) con solo 1,3 segundos por jugarse, obligando a los locales a buscar un triple como única vía desesperada, ¡y el milagro ocrurrió!

La asignación no era fácil, más conociendo de los problemas del tiro exterior de los Lakers (estaban en un 24,2% de acierto), Darvin Ham dio entrada a Ryan, el lanzador más eficiente del equipo en catch & shoot y diseñó una jugada para él que no pudo salir mejor.

Anthony Davis puso un buen bloqueo ciego, Reaves lanzó un pase milimétricamente preciso a la otra punta del campo, y el alero anotó la canasta que más ha celebrado el Staples Center en bastantes meses.

La segunda victoria de los Lakers no pudo llegar con más agonía y drama. Los angelinos derrotaron por 120-117 a los Pelicans en un encuentro que necesitó de una prórroga para decidirse.

El OT que forzaron sobre la bocina, llegó de parte del protagonista más inesperado de la noche: Matt Ryan.

Ryn fue una de las últimas adiciones a la plantilla, se vistió de héroe en el último segundo del partido para enviarlo al tiempo extra, dando a los suyos cinco minutos  en los que llevarse el triunfo. y así lo hicieron.