Todo el mundo quiere ser campeón de la NBA. No solo se trata de uno de los deportes más populares del planeta, sino que allí está la mejor liga de todas. Pero ser campeón y obtener el anillo no entrega ningún premio más que eso mismo. A diferencia de lo que mucha gente cree y sucede en otros deportes, la NBA no entrega premio a los jugadores campeones. Ni siquiera la franquicia lo hace. Pero, aún así, cobran. Y mucho.

En la NBA existe lo que se denomina “Prize Pool”, algo así como un pozo acumulado de premios, en el que ha medida que la postemporada va avanzando, los jugadores de los equipos que siguen en carrera van ganando más dinero. Este es un acuerdo privado entre las franquicias que, a través de sus capitanes y el Departamento de Finanzas de cada equipo negocian los montos y la forma de cobro del premio.

Al igual que en un torneo de tenis, los premios van aumento a medida que avanzan las rondas de eliminación y, los que van quedando en el camino cobran el monto correspondiente hasta donde llegaron. Por ejemplo, la pasada temporada, según reportes de la prensa local, todos los equipos de Playoffs recibieron unos 328.000 dólares. Los que llegasen a semifinales de conferencia unos 390.000 y por llegar a las finales de conferencia unos 645.000. El equipo perdedor en la final de la NBA recibe 2,5 millones de dólares y el ganador unos 3,8 millones en esa bolsa de premios.

Esos montos totales se reparten en partes iguales entre los miembros de la plantilla del equipo, lo cual, termina siendo un ingreso extra muy importante para los jugadores de menor contrato. Pero, ¿de donde se saca ese dinero? El arreglo entre las franquicias determina que cada equipo aporta un porcentaje de los ingresos que tiene en los playoff y lo destina al “Prize Pool” para los jugadores.