Ni bien terminó la agencia libre, la NBA no perdió tiempo para entregar a los fanáticos y prensa especializada una nueva historia para seguir alimentando la previa de la temporada que comenzará en este mes de octubre.

Las disposiciones de la liga sobre que los jugadores no estaban obligados a vacunarse contra el Covid-19 para poder asistir a los juegos, de repente chocó con los decretos de un par de ciudades que obligan a toda persona que quiera participar de un evento público en recintos cerrados a inocularse.

Las ciudades más destacadas son Nueva York y San Francisco, lo que implica que los jugadores de los Knicks, Nets y Warriors, deberán estar vacunados para estar presente en cada partido de local. Pero el problema está en que los de Brooklyn y Golden State tienen jugadores negados a hacerlo.

Desde hace varios días, se sigue jornada a jornada la situación de Kyrie Irving y Andrew Wiggins, los dos estandartes del 10% de jugadores de la NBA que aún no se vacunó contra el coronavirus. De no hacerlo, serán los que se pierdan más partidos, debido a que solo podrán jugar de visitante, perdiéndose la mitad de la temporada.

Ante esta situación, las franquicias ya anunciaron que no pagarán el sueldo correspondiente a cada partido que los jugadores decidan no participar. Por lo tanto, Irving perderá alrededor de 300 mil dólares por cada juego al que no asista. Y la NBA anunció que tampoco se hará cargo de ese monto.

“Hay muchos parámetros sociales y legales que hay que analizar. Ninguno de los convenios y acuerdos que tenemos estaba preparado para algo así. Lo que está claro es que Nueva York y San Francisco han marcado la línea de o te vacunas o no juegas. Y esa ley está por encima de las pautas establecidas por la propia NBA“, declaró el español José Manuel Calderón, ex jugador y ahora asesor de la NBA.

Los que también se pronunciaron, promoviendo así la campaña de concientización, fueron algunas estrellas y leyendas, como Kareem Abdul-Jabbar, ícono de los Lakers: “No hay lugar en la NBA para jugadores que están dispuestos a arriesgar la salud y la vida de compañeros y aficionados. Los jugadores son libres de no recibir la vacuna, pero también deben tener la suficiente valentía para que sus convicciones morales les dejen fuera durante toda la temporada

Otro que remarcó su postura fue LeBron James, que explicó como cambió de opinión respecto a la inoculación: “Yo era muy escéptico. Hice mi investigación y me pareció que era lo mejor, no solo para mí sino para mi familia y mis amigos. Por eso decidí hacerlo. Pero no es mi trabajo promover la vacunación. Es una cuestión individual“, dejando en claro, también, que no obligará a nadie a hacerlo.