El equipo de los Brooklyn Nets confirmaron que el base estrella Kyrie Irving, quien todavía no está vacunado contra la Covid-19, no podrá competir mientras que no haya cumplido con el requisito que exigen las autoridades sanitarias de Nueva York.

Irving, que se ha negado a vacunarse, puede mantener su postura personal, pero los Nets anunciaron oficialmente que simplemente no podrá competir hasta que cambie de opinión.

“Kyrie ha dejado en claro que tiene una opción en este asunto y, en última instancia, será él quien decida”, informó el gerente general Sean Marks. “Respetamos el hecho de que él tenga una opción, puede hacer la suya y ahora mismo lo que es mejor para la organización es el camino que estamos tomando”.

Los equipos no pueden revelar detalles privados sobre la salud de los jugadores. Pero cuando se le preguntó si Irving estaba vacunado, Marks dijo: “Si estuviera vacunado, no tendríamos esta discusión. Creo que probablemente esté bastante claro”.

El entrenador, Steve Nash, había dicho que los Nets sabían que se perderían a Irving en algunos partidos. Por ahora, al menos, serán todos ellos.

Con el alero Kevin Durant, el escolta James Harden e Irving, los Nets eran considerados favoritos para ganar el título de la NBA. Fueron eliminados por los Milwaukee Bucks en la segunda ronda de los playoffs de la temporada pasada después de que Irving se torciera un tobillo y se perdiera los últimos tres partidos.

Los jugadores de la NBA no están obligados a vacunarse, pero se enfrentan a más pruebas y restricciones sobre su capacidad para estar cerca de sus compañeros de equipo.

El jugador, que ya ha mostrado su cara más polémica en otras ocasiones como al dar su opinión sobre el terraplanismo o sobre los medios de comunicación, parece no ceder ante la medida de su equipo y seguirá sin vacunarse contra la COVID-19 en una decisión que nada tiene que ver con una postura en contra de la ciencia o de la medicina.

El verdadero motivo de Irving, según ha publicado The Athletic, es una lucha política y social de la que el base quiere ser portavoz. El entorno de Irving asegura que el jugador “no es un antivacunas. Su postura es que está enfadado porque la gente está perdiendo sus trabajos por culpa de la obligación de tener que vacunarse”.

La decisión de Irving, que mantiene pese a las presiones externas, va mucho más allá y asegura que ya se lo ha explicado a sus compañeros. “Para Kyrie Irving todo esto es una batalla mucho más grande que la que se libra en la cancha. Él está desafiando lo que el percibe como un control de la sociedad y de la forma de vivir de la gente”.

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