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Aquel día en el Garden, ante Shai Gilgeous – Alexander y Oklahoma, muchos pensaron que después de semejante paliza a manos de la tropa de Mike Daigneault, las horas de Tom Thibodeau en el banquillo de los Knicks estaban contadas.

Sí, dos campañas después de haber sido elegido Entrenador del Año, hilvanando un épico regreso del cuadro neoyorkino a postemporada, dos campañas después, el hombre que como asistente había sido uno de los arquitectos de aquel anillo de los Celtics en 2008, estaba a punto de decir adiós y de la peor manera.

Luces y sombras

Para unos, tal como refieren As y ESPN, el factor principal era la pésima defensa, pues los Knicks estaban permitiendo casi 120 puntos por partido. A su vez, se aseveraba de igual modo, que la falta de engranaje del grupo luego de la entrada de Jalen Brunson, estaba haciendo mella en el rendimiento general.

Lo cierto es que aquel domingo gris sentaba un feo precedente, pero como sucede muchas veces, al verse con la soga al cuello, Thibodeau ajustó las piezas y después de ganarle al Utah Jazz en Salt Lake City, las cosas comenzaron a cambiar, con Brunson y Julius Randle siendo protagonistas.

En el mejor momento

Con los primeros días de diciembre llegó lo mejor, pues una racha positiva de los Knicks los ha puesto con forja de 13-13 en la octava posición en la Conferencia Este y en este minuto, están pisando tierra prometida, mirando en perspectiva un hipotético pase a playoffs.

El más reciente éxito de Thibodeau y sus muchachos acaeció este viernes, justo cuando de la mano del ya mencionado Julius Randle, dispusieron de los Charlotte Hornets 122-102.

Los hechos

Cuenta ESPN, que fue la segunda noche consecutiva con más de 30 cartones para Randle, quien de igual modo sumó 7 rebotes, 2 asistencias, 1 robo y 1 tapón.

Al mismo tiempo, un sensacional R.J Barret secundó el ataque de los Knicks y la excelsa labor de Randle, compilando 26 tantos, con 7 rebotes y 4 asistencias.

Sin dudas, de cara a 2023, es la mejor noticia para Thibodeau y los miles de fanáticos que en el Madison Square Garden sueñan, dos años después, con estar de regreso en postemporada.