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Ya justo habíamos comentado por este medio que Joel Embiid tenía todos los méritos suficientes para ser incluido entre los abridores de la conferencia del Este para la próxima edición del “All Star Game” de la NBA, y este sábado lo ha vuelto a confirmar con su enorme actuación ante los Denver Nuggets.

Sencillamente con una jornada de 47 puntos y 18 rebotes, algo que no cualquier jugador consigue y pues el camerunés ya lo ha logrado en más de una ocasión, y que se ha vuelto muy habitual en su hoja individual, sobre todo desde que la otra figura de los Sixers, James Harden, debiera ausentarse por temas físicos.

En este contexto, estamos en presencia de la mejor temporada en la carrera de Embiid, o al menos está en vías de superar lo hecho en la campaña anterior, en la que terminara cerrando la fase regular con promedio de 30,6 puntos, y ahora a la fecha es el mejor anotador de toda la liga, con 33,7 tantos.

Y con su actuación de este sábado, llegó a 33 partidos en su historial con al menos 40 puntos y 10 rebotes, algo que solo habían podido lograr dos personajes previamente, hablamos de Shaquille O’Neal, quién lo hiciera hasta en 43 compromisos, y de Michael Jordan, también en 33 ocasiones.

Por lo que no estamos hablando de un registro cualquiera, ya que le ha permitido sentarse en la misma mesa de par de leyendas de la liga; otro motivo más para ser considerado seriamente para el MVP de la actual edición, y lo más importante, ser el bastión para que Philadelphia avance a la postemporada entre los primeros lugares.

La facilidad con la que el también nacionalizado francés ha dominado el juego interno y como se ha apoyado también en la media distancia, ha sido fundamental para engrosar sus números personales y seguir implantando marcas; su equipo lo está celebrando y es el principal beneficiado.