Nadie duda de su calidad que es inmensa, incluso si lo comparan o lo ubican por encima de Lebron James, como el mejor de las duelas en la actualidad, el beneficio de la duda da para pensar que sí, que puede ser.

Más allá de las frías estadísticas, Kevin Durant lo tiene todo para ser el rey de la liga, tal vez un poco de mala suerte pero talento de sobra.

Ahora, si hay algo demostrado con seguridad es que siempre que ha tenido presión encima ha quedado a deber; me refiero al hecho de ser la cara de un equipo, no solo por recibir todos los balones sino por el mero hecho de liderar.

Así pasó en Oklahoma City Thunder y esta pasando ahora con los Nets de Brooklyn.

Todo gira alrededor de su figura, a pesar de haber otras estrellas Durant es el referente, cuando no sucedió así, fue en Golden State Warriors y pasó de ese modo porque las cámaras estaban sobre Stephen Curry y en menor medida Clay Thompson…y entonces Durante quedó como el MVP de las finales.

Otra realidad

Desde que se armó como equipo el año pasado, parecía destinado a ganarlo todo y como pasa muchas veces en el deporte, los Nets no han ganado nada, de ser candidatos al título están luchando hoy los últimos cupos a la postemporada.

Hablamos de un elenco plagado de estrellas, Harden, Irving, Durant y nada; entre en culto a lo individual y las lesiones inesperadas, se han ido esfumando las opciones y esa ilusión inicial.

Ya hoy no está Harden y la llegada de Bien Simmons parece va a demorar en concretarse, pues su lesión apunta para un un casi un mes todavía.

El regreso llegó pero hasta ahí

Luego de su lesión a mediados de enero, su retorno era lo más esperado no solo por los fanáticos a los Nets sino porque su figura en las tablas le da un aire fresco a la NBA, además de aumentar la competitividad.

Y regreso contra Miami y a pesar de sus 30 puntos no pudo evitar la derrota, pues hablamos que en la cancha juegan cinco y con similares opciones.

Ya está decantado que sobre sus hombros esta la responsabilidad de que los Nets vuelvan a meterse en Play Off y eso podría hacer que se vuelvan a repetir las peores versiones de esta historia.

En este punto no va a bastar su entrada al club de los 25 000 puntos, a los grandes siempre se les exige mucho más.

Si podrá combinar con Simmons e Irving de una vez, habría que que esperar por los hechos dicten la pauta, por ahora de magia no se puede vivir.