El año 2020 siempre será un año que muy difícilmente olvidarán en la ciudad de Los Ángeles, por toda la cantidad de acontecimientos que ocurrieron en ese período y en medio de una crisis sanitaria que se vivía a nivel mundial producto de la pandemia del coronavirus.

A comienzos de ese año, el mundo del baloncesto y el deporte en general recibía la noticia de la trágica muerte de Kobe Bryant y su hija Gianna en un accidente de helicóptero, lo que representó un golpe muy duro en el seno de la franquicia de los Lakers, su equipo de siempre.

Esto de alguna manera tuvo que servir de inspiración para que LeBron James y su escuadra salieran en cada partido a dedicarle cada victoria a la leyenda de ‘Black Mamba’, en lo que fuera la segunda temporada de ‘Bron’ en este equipo, habiendo quedado fuera de los Playoffs en la zafra anterior.

Justo antes de que la NBA decidiera suspender temporalmente el campeonato en el mes de abril, ya los Lakers habían asegurado la clasificación a la postemporada, pero no sería hasta el 3 de agosto que culminarían ganando formalmente su división.

Una reanudación de torneo que tuvo su continuidad en la denominada ‘burbuja de Orlando‘, cuando la liga decidió organizar todos los encuentros restantes en el complejo deportivo de ESPN en las instalaciones de ‘Walt Disney World’, donde también se estrenaba el formato del ‘play in’, en una temporada que se debió alargar hasta el mes de octubre.

Los Lakers lograron despachar de manera cómoda a Portland, Houston y Denver, ganando cada una de estas series por 4-1, dejando todo servido para disputar la final de la burbuja ante el Miami Heat, esta vez con un poco más de sufrimiento.

Pero llegó la satisfacción justo aquel 11 de octubre, en lo que era ya el sexto juego de esa final, siendo la consagración de un LeBron James erigiéndose como el MVP de esa instancia, pero que salió al frente con sus 28 puntos y 10 asistencias, ganando el duelo a Bam Adebayo en la acera del frente. Además que se convirtiera en el primer y único jugador en la historia en ganar el MVP de las finales con 3 equipos distintos.

Con un contundente triunfo de 106-93, el cual prácticamente se concretara con un segundo parcial de 36-16, para que al momento del segundo final los jugadores se reunieran para celebrar el título 17 de la franquicia e igualarse de nuevo en este renglón con los Boston Celtics.

Una celebración muy atípica e íntima, sin público a su alrededor y estando muy lejos de California, al otro extremo del país. Pero un grupo liderado por LeBron y su cuarto título, acompañado de buenos elementos como Anthony Davis, los veteranos Danny Green y Dwight Howard, y otros no tan mediáticos como Kyle Kuzma, Kentavious Caldwell-Pope, Alex Caruso y Talen Horton-Tucker, hicieron estallar de algarabía a toda Los Ángeles.

Una ciudad que ese mismo año también celebraba con el triunfo de los Dodgers en la Serie Mundial de la MLB ante los Tampa Bay Rays, teniendo a un legendario jugador de los Lakers en su directiva como ‘Magic’ Johnson.

Así que, sin importar cualquier crisis o cuarentena que se tenía que cumplir, el logro de los Lakers pudo superar todo lo malo y devolverle la alegría a sus seguidores, además de sacar una sonrisa muy grande a Kobe Bryant desde lo más alto.