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Ya son cuartos, hace un mes atrás nadie lo hubiera pensado, pero en Nueva York, las aguas han tomado su nivel con los Nets de Brooklyn, que de la mano de Jacque Vaughn han podido solventar la aguda crisis de comienzos de temporada.

Con su victoria de anoche ante los Hornets, 122-116, los Nets llegaron a 14 éxitos en esta campaña, para escalar posiciones hasta situarse en la élite de la Conferencia Este, a 7 juegos de los Boston Celtics, pero siguiendo bien cerca a los Cleveland Cavaliers en la pugna por el tercer lugar, tal como lo muestra ESPN.

Amparados en su dupla de estelares, Kevin Durant y Kyrie Irving, quienes con 29 y 33 cartones respectivamente, guiaron la ofensiva, guiados por sus estrellas, Brooklyn refrendó una verdad incómoda para muchos de sus rivales y es que han estado imposibles jugando como locales.

Duros de matar

Como lo lee, en el Barclays Center, los chicos de Vaughn apenas han perdido en esta zafra y en buena medida su despertar ha estado supeditado al hecho de que han sabido aprovechar el ser locales, ganando cinco partidos en sus seis últimas presentaciones.

El guion ha dado un giro brusco, inesperado, se ha vivido de todo, la salida de Steve Nash, la polémica antisemita con Kyrie Irving, las duras palabras de Durant, criticando a sus compañeros y exigiéndole mas esfuerzo, pero al final ha valido la pena, los Nets están de regreso y apenas estamos en diciembre.

El reto permanece

La afición ha sido exigente, el reto permanece y todavía siguen presionando por el despertar de Ben Simmons, un pilar necesario de cara a los playoffs, pero a su vez, están de plácemes con el aporte inesperado del sensacional Yuta Watanabe, quien se ha convertido en un ídolo de multitudes con su excelente tiro exterior.

Los Nets han sido una de las grandes decepciones en las recientes temporadas; un equipo armado para ganar que no ha podido funcionar como tal y en la memoria todavía permanecen bien frescos los recuerdos de aquella barrida en primera ronda ante los Celtics, pero quizás en este curso, cuando nadie contaba con ellos y todo apuntaba a una catástrofe sin parangón, pueden dar el gran salto, teniendo el Barclays Center como un bastión inexpugnable donde son casi imposibles de vencer, ¿quién sabe?