Veinticuatro horas después de haber anotado 42 puntos y decidir un partido en Miami, Curry encestó 51 puntos contra los Magic para decidir la victoria de Golden State en Orlando por 114 a 130 el 25 de febrero del 2016.

Curry estuvo sublime, encestando 10 triples, alguno de ellos tan inverosímil que hasta él mismo se rió. El MVP cerró la noche con 20 de 27 en tiros de campo, incluyendo 10 de 15 en triples. Fue su tercer partido de esa temporada con al menos 50 puntos.

Ese día consiguió tener 128 partidos con al menos 1 triple y batió el récord de Korver con el recital en Orlando. Un recital apoteósico e inolvidable en Orlando, el genial base de los Warriors estableció una nueva plusmarca en la mejor liga de baloncesto del planeta. Los 127 de Kyle Korver quedaron atrás.

Tenía que ser en la tierra de Disneylandia (Orlando) donde por primera vez en la historia de la NBA alguien (él) firmase un encuentro de al menos 50 tantos convirtiendo un solo tiro libre.

El líder de Golden State con su equipo de fantasía lucían un balance de 52-5, el mejor de siempre en los primeros 57 encuentros de la temporada regular. Cada día que pasaba, el 72-10 que los Bulls de Michael Jordan, Pippen, Rodman, Phil Jakcson y compañía se veía más amenazado. Era uno de esos récord llamado a perdurar por los siglos de los siglos en las enciclopedias… Hasta la aparición de unos Warriors que no dejan de sorprendernos aún hoy día.

El pelotón de Steve Kerr da espectáculo, entretiene y suma adeptos para su causa a la par que aniquila rivales a un ritmo frenético. Un equipo que ha marcado una época y que justo esa temporada 2015-16, dejó atrás a los Bulls de Jordan al estblacer el mejor inicio de temporada alguna con 73-9.