Las Finales de la NBA son uno de los eventos más dramáticos que existen. Cada partido es una historia diferente y no tiene nada que ver con la anterior. Sino díganle a Milwaukee que arrancó esta serie final con dos derrotas y con un Giannis Antetokoumpo dubitativo. Y ahora, los Bucks están a una victoria de quedarse con el anillo después de cincuenta años y el griego es su factor clave.

Parecen lejanos esos dos partidos iniciales donde el tándem Chris Paul – Devin Booker hacía lo que quería ante un Giannis que llegaba a la serie en duda por lesión. Phoenix se puso en ventaja 2-0 en partidos en lo que pudo aprovechar el envión anímico que tenía tras eliminar a Clippers en las Finales de Conferencia y Milwaukee no pudo hacer nada sin su figura al 100%.

Pero los Bucks tenían un as bajo la manga. El tapón de Antetokoumpo a Ayton, clave para llevarse el Juego 4 y empatar la serie fue más que un simple bloqueo. Fue la inyección de energía que necesitaba el equipo para convencerse de que podía. Y en el Juego 5 se robó la localía por primera vez en la Final, luego de remontar una desventaja de 16 puntos. Ahora, ante su gente en el Fiserv Arena, tiene la posibilidad de quedarse con un título que no repite desde la época de Oscar Robertson y Lew Alcindor.

Aunque desde Phoenix no bajan los brazos para forzar un séptimo juego en casa. Monty Williams, el coach gran responsable de la gran temporada de los Suns, declaró: “Cuando llegamos al avión, los jugadores tenían la misma mirada y en las reuniones matutinas, estaban hablando, desayunado. Fue muy agradable. Esta clase de derrotas son duras, pero si vas a hacer algo grande, debes sobreponerte a esa clase de golpes”

Si bien en los formatos 2-2-1-1-1 de las Finales, los equipos que se han ido abajo 3-2 en la serie tienen marca de 4-21, en Phoenix no quieren saber nada con que la serie termine hoy. Pero la realidad es una, los Bucks son los amplios favoritos a quedarse hoy con el trofeo.