Si uno menciona el nombre Horford, automáticamente piensa en baloncesto. Sea Tito o Al, es imposible no pensar en alguno de los grandes jugadores que tuvo República Dominicana en el deporte del balón anaranjado. Y esa importancia puede continuar.

El triunfo de los Warriors en el cuarto juego puso a los Celtics de Al Horford en una situación difícil, pero no imposible. Irán a San Francisco con un 2-2 que los obliga a ganar el quinto para poder regresar al TD Garden con un “match point” que los deje a las puertas del ansiado anillo. Un anillo que para los dominicanos significa mucho.

El apellido Horford está lleno de historia. Tito fue el primer jugador dominicano en llegar a la NBA, allá por fines de los años ochenta, cuando el mercado latino no era nada atractivo para el mejor baloncesto del mundo y solo algunos europeos empezaban a destacar. Pero Tito abrió las puertas, demostró que se podía llegar.

Y uno de los que llegó fue su hijo, Al. Luego de consolidarse como uno de los mejores extranjeros que han pisado la duela de la NBA, luego de muchas temporadas intentando en postemporada, ya sea con Atlanta, con Philadelphia y ahora con Boston, pudo llegar a unas Finales. Y aún puede ganarlas.

Que el apellido Horford signifique el primer dominicano en jugar en la NBA, el dominicano elegido en el puesto más alto del Draft, el primer dominicano en jugar un All-Star Game y el primer dominicano en jugar unas Finales de la NBA. Solo queda ser el primer quisqueyano en ganar un anillo.

De todas formas, el legado de Horford va más allá de si obtiene el título o no. Hay camadas de jugadores que quieren imitar sus pasos e, incluso, ya hay miembros de esa nueva generación de jugadores en la NBA. Chris Duarte fue uno de los más destacados rookies de la temporada y solo las lesiones le impidieron hacerlo más. Pero tiene un buen futuro garantizado si todo marcha bien.

Así, cuando Horford pise el Chase Center para disputar el quinto juego de la serie, no solo estará ante la oportunidad de acercarse como nunca a un anillo de campeón, sino que también estará ante la oportunidad de quedar como el mejor jugador dominicano de la historia y que su apellido sea indiscutiblemente una leyenda.